Preparé la maleta y fui al planeta rojo con el fin de entrevistar a Rosita sobre el coronavirus . El viaje lo hice en una cápsula con capacidad para cuatro viajeros aunque lo hiciese como único tripulante de la nave , pues yo la piloté y conduje atravesando los muchísimos kilómetros que nos alejan del planeta rojo .
Tardé en recorrer el espacio interplanetario cuatro horas . Una tormenta cósmica me retrasó , en cuanto que solamente en tres se suelen recorrer los millones de kilómetros que separan un planeta de otro . Viajé , no obstante , a velocidades supersónicas .¡ Maldita tormenta ! .
Martiricé cerca de la casa de Rosita , a la que había anunciado mediante un correo mi llegada y los fines de ella : hacerle una entrevista sobre el covid-19 . Tras aparcar el bólido volante, me encaminé al domicilio que , como se puede suponer , era rojísimo . Más rojo que un ocho , un siete , un seis o un dos de color rojo subido. En la fachada aparecía su nombre escrito sobre fondo y letras rojas como no podían ser de otra forma .
Se había cambiado de casa , mudándose a otro lugar próximo al que conocía de anteriores visitas , puesto que el nuevo tenía más habitaciones destinadas a alojar a sus padres y a sus suegros , los padres de Colorín , cuando los visitaran . Me las mostraron sin empacho , al igual que toda la casa , y me acosté en la cama del cuarto que se me asignó intentando descansar un rato . No conseguí descanso de tipo alguno ,porque a poco de tumbarme en el colchón apareció Colorín Colorado preguntándome por mis días de estancia y por el motivo de mi viaje. Él desconocía el numero de ellos y la causa de mi ida . Yo me había limitado a dárselos a conocer a Rosita suponiendo, error que cometí , que también él lo sabría.
No es así , afirmó algo mohíno mientras me miraba dudando de mis intenciones . Desconocía por cuánto tiempo me quedaría e incluso el porqué emprendí el viaje .
La comunicación con Rosita , pensé , no era lo buena que me podía imaginar. Desconocía el motivo de la tirantez , pero algo ocurría en sus amores . Y el algo era que no hacían vida marital ni , por tanto , de consuno . Llevaban enfadados un buen tiempo .
Sorprendido ante el hecho de que irrumpiera en mi habitación ; y de lo otro , contuve mi ánimo y , silenciando mis posibles preguntas al respecto , opté por lo que consideré más indicado : responderle sobre la duración de mi estancia y el porqué de mi viaje .
No se trataba de asunto de poca importancia , pues yo había dado por cierta la buena relación entre ellos . No era así . Era todo lo contrario .
Hube de cambiar mis planes de permanencia en el planeta rojo , ya que estaba al tanto , por el informante cuyo apellido es el de Colorado, de que las relaciones entre el matrimonio de Rosita y Colorín no se encontraban en el mejor momento.
De tal modo que apenas se marchó Colorin Colorado de mi habitación , me dirigí a ella, a Rosita , no para inquirirla , lo que hubiese estado muy feo , sobre la cuestión de las malas relaciones maritales, si no sobre el principal motivo de la entrevista que le pensaba hacer : sobre qué opinión era la suya del coronavirus que asola nuestro planeta y de sus causas u orígenes ; más de las posibles secuelas .
Me respondió que lo dejásemos para otro día en el que se encontrase de mejor ánimo y sin hacer alusión a la verdadera causa de su malestar , sin más , se fue ; no sin antes decirme que la nueva casa se hallaba a mi entera disposición , desearme buena estancia en ella y ofrecerme una copa de buen vino que me tomé sin su compañía . Más solo que la una .
Pensé volverme a la Tierra , pero calculando otras tres horas de viaje de regreso y el estado en que se encuentra el planeta azul , decidí quedarme en Marte. Rosita sabía para lo que había ido , devorando los kilómetros que nos separaban.
Cuando se encontrase mejor , respondería a mis preguntas con conocimientos extraterrestres y extraterrenos y yo volvería a prestarle la máxima atención a sus respuestas . Mientras tanto , yo permanezco en Marte . Al fin y al cabo se puede volar desde la Tierra como si uno se bebiera un vaso de agua . Ojalá Rosita diga algo sobre el coronavirus que no se sepa en nuestro planeta azul . Tal vez coincida en sus planteamientos y orígenes del virus con la viróloga china Li -Men Yan , quien opina que el covid-19 no es producto natural sino creado por la mano del hombre .
Hasta la fecha no se sabe más que el coronavirus se sigue extendiendo por la Tierra. Ojalá todo vuelva a ser como antes, para Rosita y Colorín, y ella diga , en la entrevista consabida , algo que sirva de ayuda para encontrar el remedio a la loca carrera emprendida por el virus coronado sin ser una opinión más de las múltiples que se dan . Que Dios quiera que los roces habidos en el matrimonio se arreglen y Rosita diga algo con cabeza y pies ( tiene cuatro como dije en una entrada anterior ) sobre el covid-19 y su posible vacuna .
2 comentarios:
Me ha encantado tu artículo, sobre el viaje a Marte, y aunque no soy amigo de dar consejos, te recomiendo que te quedes allí, viendo los toros desde la barrera, y disfrutando de una copita de ese buen vino, que imagino, que como allí todo es rojo, debe de tener también, el color de la sangre del toro.
Un fuerte abrazo, Guillermo.
GRACIAS, MANUEL . ME ALEGRO DE QUE TE HAYA GUSTADO . VIAJARÉ DE NUEVO A LA TIERRA , A PESAR DE LA PANDEMIA Y TRAS ENTREVISTAR A ROSITA, PUES MI SITIO ESTÁ AQUÍ .
OTRO ABRAZO TAN FUERTE COMO EL TUYO Y LLENO DE AGRADECIMIENTO .
GUILLERMO .
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