Y AMANECIÓ EL NUEVO DÍA .

Rosita Rojo , al ver las claras del día y tras dormir a piernas sueltas ( tiene cuatro ) , se levantó de la cama y se dirigió a la cocina donde la esperaba el desayuno . Después vino , acompañada por Glaukopis ,  a la sala de estar y ante el escribidor firmante y anhelante    , que estaba presto a oírla hablar del coronavirus , dijo las siguientes palabras sin que yo le formulase alguna pregunta :

DE VACUNAS NADA DE NADA . NI LAS HAY NI LAS HABRÁ EN UN TIEMPO PRUDENCIAL  PORQUE NO SE SABE , CON TOTAL SEGURIDAD , SI EL VIRUS MUTARÁ . Y COMO MUTE ESTAMOS TAN  PERDIDOS COMO  CARRACUCA .

Tras decir esto , pidió  un taxi y despojándose del pijama que se le había agenciado y dándonos las gracias  por habernos portado con ella tan bien , se fue no sin antes recoger sus bártulos y útiles de vuelo que había traído  y emprendió el largo viaje hacia su planeta rojo . La misma Rosita tomó los mandos de la nave y puso  dirección a Marte . En el viaje no la había acompañado   Colorín Colorado . 

Supongo que Colorín  habría dicho  lo mismo que dijo Rosita : es decir , nada de otro mundo aunque ambos vinieran de Marte . 

Nos quedamos tan absortos y pasmados como el rey Felipe IV en la novela que sobre él escribió Torrente Ballester .  Sin saber algo que no imaginásemos con anterioridad a su venida . 

Deduzco de sus afirmaciones que en Marte  se conoce muy poco , también , del coronavirus  que nos azota y persigue con  denuedo. 

Para este viaje no se necesitan alforjas , pensé para mis adentros , ni recorrer los millones de kilómetros que separan un planeta de otro. Mas es todo lo que vino a decir  Rosita Rojo , una de las periodistas del planeta Marte.  Poco aportan sus palabras , como opinión , a lo que ya es conocido  por la mayor parte de los mortales.