Tras llamarme , creo que en cierta forma es una llamada al orden , me dice que había pensado organizar una especie de sínodo laico con Emilú y con Willy le lapin , pero que llamar a la reunión así le había parecido algo irrespetuoso para el catolicismo militante . Estoy de acuerdo con su decisión de no llamarlo de tal manera y de que sea él solo quien me dirija la palabra ya que es gran dominador de la lengua castellana a pesar de su juventud . Algo poco común y menos extendido.
Por tanto , sentados ambos en la terraza y en día nublado aunque no desapacible , me comenta y me habla en torno al estado en el que me observa, describiéndolo con exactitud palmaria.
Me alaba la decisión de estar tomando la medicación antidepresiva recetada por mi médico de cabecera , y amigo , previamente informado por Carmen ; al tiempo que me recuerda el lamentable estado anterior en el que permanecí por casi cinco años a causa de la depresión superada . Que , por lo que yo más quiera en este mundo , no vaya a reincidir en la caída aunque las circunstancias personales no sean las más propicias . Que no soy yo solo el que padecería el deprimente estado anímico y psicológico , sino también mis seres más queridos entre los que cree , y acierta , encontrarse. Que recurra a mi sentido del humor al que llamo salvador y lo pida con fervor y ahínco a quien llamo El Gran Hacedor . Que por mí mismo y por todos procure vencer el peligro .
Oídas las sabias y bien intencionadas palabras de Titín Kambumba , prometo cumplirlas y en dicho intento de cumplimiento emplearé todas mis fuerzas más las que el Gran Hacedor y el sentido del humor quieran ofrecerme. Le doy las gracias a Titín por sus consejos y dos besitos . Uno en cada uno de sus sonrosados mofletes. Ojalá pueda no entrar , de nuevo , en el abismo de la depresión y sobreponerme a la melancolía que me acompaña .