Lo sé de sobra , pero es la única forma en la que , dado mi estado , lo hago . Se trata de dar un pésame por la muerte , hace tiempo , de un tío segundo del escribidor . Hacerlo me quita un peso de encima .
Sentí mucho su ida aunque no dijese nada al respecto . Mi estado enfermizo lo impidió .
Fue uno de mis maestros en los lejanos años en los que , con carnet , aprendía a conducir por los aledaños del Guadalquivir . Su nombre era Gonzalo . Sus apellidos no los cito . Creo que se me comprenderá . Poco a poco fueron pasando los días y no me sentía con fuerzas suficientes para llamar a Pili , su mujer , ni a sus hijos .
Uno puede haber errado muchas veces pero existen errores de bulto que nunca tienen justificación por muy mal que se esté . No hay , sobre esto , la menor duda . Por consiguiente , no existe excusa posible .
Sigo sin llamar por teléfono y no ceo que lo vaya a hacer . Sería como remover el pasado .
Valga esta especie de pésame como una forma de darlo . Hacerlo de otra manera sigue siendo , a día de hoy , muy improbable .
A Gonzalo y a Pili , los tengo siempre en mi pensamiento . A sus hijos , en especial a Fernanda , de igual modo . A los hermanos de Gonzalo , Patricio y José María , también. No en vano Patricio me facilitó mi estancia en Cádiz durante los primeros años de mi venida a la ciudad . Olvidarlo no estaría nada bien como tampoco lo estuvo no dar el pésame y los abrazos a quienes les correspondía recibirlos .
2 comentarios:
Hola Guillermo, ¿Si esta familia no ve tu blog como va a ver que le has dado el pésame?. Espero que estés bien.
Un gran abrazo.
GRACIAS , CONCHI . NO TE HE RESPONDIDO ANTES PORQUE NO HE PUESTO EL ORDENADOR .
OTRO GRAN ABRAZO COMO EL TUYO .
GUILLERMO .
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