Es increíble cómo se ve y las cosas que se ven tras los grandes cristales corridos de la nave JUPITER-IOVIS, el ave fénix intergaláctico , que nos remite a nuestro atrasado y decadente planeta Tierra en el que aún los hombres se matan unos a otros por un quítame alla estas pajas , por diversidad de creencias o incluso de matices religiosos en cuanto al Dogma. Qúe poca flexibilidad ideológica y religiosa tienen sus habitantes y qué mostrencos son. Ahora nos los parecen más , si los comparamos con la ductilidad y dulzura de comportamientos de los seres que pueblan , en tan buena armonía, el planeta Marte.
Desde los cristales , hemos visto los tres pies al gato y los tréboles de cuatro hojas que crecen en zonas recónditas de la Tierra. Hemos visto llover café en los campos y rosas en el mar ; y muchísimos , muchísimos tontos volando y oscureciendo el sol. José Joaquín y yo , Arturo no vio esto porque estaba en los lavabos , aseadísimos , que tiene el platillo volante en la zona que corresponde a lo que nosotros entendemos por bajoplato , pero sí vio los gigantes que vio don Quijote , el buen español que fue , en los campos manchegos , y que Sancho , otro buen español al que llaman el buen saber, consideró que eran molinos de viento de la Mancha castellana. Vayan ustedes a saber si eran gigantes o molinos de viento.Nosotros , con la templanza , la transigencia y la condescendencia y la ciencia que traemos de Marte , pensamos que pudieran ser molinos de viento gigantes y tal vez estemos en lo cierto ; ya dije que era necesario , para la buena marcha de la Tierra , que sería más que oportuno superar la dicotomía de los conceptos binarios.
Desde nuestro diván corrido , gran atalaya del Espacio , nos hemos percatado de la presencia y de la esencia del llamado plancton cósmico : una especie de natillas de las que se alimentan diminutos , diría que microscópicos seres , que se pirran por el sabor dulce de dicho plancton y lo devoran como la ballena se tragó al divino Jonás y a punto estuvo de hacerle la misma maniobra al paciente y santo Job , tan bíblicos como verídicos. Tan admirables como nosotros tres, o casi.
Arturo ha pilotado con su pericia habitual y apenas ha abusado de escocés , riojano , jerezano , ribereño de Duero o del Rin , vinos de Burdeos o de Oporto. Se encuentra muy regenerado y satisfechísimo de las experiencias vividas. José Joaquín viene más rubio de lo que fue y algo más delgado por lo mucho que trabajó en el rescate de nuestro piloto el precipitado. Trae monerías de regalitos para sus mujeres , cuatro tiene sin ser polígamo y a ver si mis lectores comprenden la paradoja , que fácil es. Yo , que solo tengo dos , les llevo unos pendientes y pulseras que parecen de coral pero no lo son y varios detallitos más que espero que les gusten. A mi hijo , una guitarra de Marte con treinta y dos cuerdas a las que hay que sacarle todas las notas y sonidos del universo infinito.
José Joaquín , avisado por Arturo , quien a su mujer lleva un reloj de oro rojo originalísimo , me indica que mire hacia la derecha de la cristalera. Que él ve la Giralda y el peñon-volcán de la Gomera , máxima altura del término o alrededores de Osuna , y las viñas en las que de niños veraneábamos tan felices y comíamos perdices que cazaba nuestro abuelo Pepe Pineda. Tras ajustarme las gafas veo lo que me dice y bastante más , pero aún nos quedan dos o tres días de viaje y hasta el rabo todo es toro. No se puede decir zape hasta que pase el último gato , con probabilidad siamés.
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