Se produjo la expulsión. La veía venir pero no sabía cómo ni de qué manera. Ha sido de la que sigue, de una forma original. Tan original como él es.
Recibo la siguiente carta :
Querido, aunque no tanto, don Wilhelmus :
Me alegraré que al recibo de la presente se encuentre bien. Yo, bien a Dios gracias. He sabido, por comentarios , que disponía de un blog y he entrado en él. Si le digo que me ha sorprendido lo mal que usted escribe, le digo poco, pero como quiero decirle más, le digo lo que a continuación, si decide seguir leyendo, leerá.
Sobre mi probable biografía, plena de medallas al mérito periodístico y a las buenas letras, le digo que todo parecido con la realidad es mera coincidencia y que, además, mi querida señora no se llama doña Filo, sino doña Timo para los íntimos entre los que usted no se encuentra ni encontrará. Timotea de nombre completo. Y no me vaya a hacer algún juego de palabras a los que tan aficionado es porque nos veriamos las caras ante el juez, cuestión más que probable sea por esta causa u otra.. Y además, Timo fuma igual que yo. Ni una ni otro somos dos imbéciles como se deduce de la biografía que edita en su mamarrachesco blog cuajado de sandeces y faltas a la verdad. Lo único cierto que dice es que le debo mil euros por sus desquiciadas crónicas enviadas desde Sudáfrica. Se los adjunto en sobre aparte y en paz y después gloria.
En lo relativo a mi accidente de coche, del que ya estoy recuperado gracias a la sabia medicina actual de la que usted es un descreído como de tantas otras cosas, le adelanto, para su poca satisfacción, que ya no tengo bollo alguno ni en testa ni en testículos. Asi que ríase usted de otro y vaya buscando trabajo donde pueda. Dudo que lo encuentre, como yo lo encontré en la calle, aterido y harapiento. Crie cuervo que le sacarán los ojos. Adios desagradecido. Y firma.
Don Fidel, como se colige de lo anterior, ha roto el contrato laboral unilateralmente. Pensará que lo voy a denunciar, sin saber que ya he firmado uno nuevo con el diario : La VOZ DEL ENEMIGO, prestigioso journal de inmensa tirada por mares y tierras lejanas y cercanas. Ya les hablaré del director y compañeros. Cuando me encuentre con don Fidel le negaré el saludo. Todo el mundo conoce su avaricia e hipocresía. Ha insultado mi estilo literario y eso no se hace en el gremio periodístico. Le admito que me tache de mal tecleador y de que, a ciencia cierta, no sepa hacer uso correcto de mayúsculas y de minúsculas. Admito que, a veces, mis acentuaciones no sean las correctas. Cuestiones sin importancia a partir de ahora porque LA VOZ DEL ENEMIGO tiene corrector. En cuanto a lo del estilo, cada uno tiene el suyo . No es por criticarlo más, pero el encabezamiento de la carta en la que me comunica la expulsión tiene tirilla. Además es un hortera y un cursi. Mira que decirle a Timotea mi señora. Y no es fea Timotea.
Recibo la siguiente carta :
Querido, aunque no tanto, don Wilhelmus :
Me alegraré que al recibo de la presente se encuentre bien. Yo, bien a Dios gracias. He sabido, por comentarios , que disponía de un blog y he entrado en él. Si le digo que me ha sorprendido lo mal que usted escribe, le digo poco, pero como quiero decirle más, le digo lo que a continuación, si decide seguir leyendo, leerá.
Sobre mi probable biografía, plena de medallas al mérito periodístico y a las buenas letras, le digo que todo parecido con la realidad es mera coincidencia y que, además, mi querida señora no se llama doña Filo, sino doña Timo para los íntimos entre los que usted no se encuentra ni encontrará. Timotea de nombre completo. Y no me vaya a hacer algún juego de palabras a los que tan aficionado es porque nos veriamos las caras ante el juez, cuestión más que probable sea por esta causa u otra.. Y además, Timo fuma igual que yo. Ni una ni otro somos dos imbéciles como se deduce de la biografía que edita en su mamarrachesco blog cuajado de sandeces y faltas a la verdad. Lo único cierto que dice es que le debo mil euros por sus desquiciadas crónicas enviadas desde Sudáfrica. Se los adjunto en sobre aparte y en paz y después gloria.
En lo relativo a mi accidente de coche, del que ya estoy recuperado gracias a la sabia medicina actual de la que usted es un descreído como de tantas otras cosas, le adelanto, para su poca satisfacción, que ya no tengo bollo alguno ni en testa ni en testículos. Asi que ríase usted de otro y vaya buscando trabajo donde pueda. Dudo que lo encuentre, como yo lo encontré en la calle, aterido y harapiento. Crie cuervo que le sacarán los ojos. Adios desagradecido. Y firma.
Don Fidel, como se colige de lo anterior, ha roto el contrato laboral unilateralmente. Pensará que lo voy a denunciar, sin saber que ya he firmado uno nuevo con el diario : La VOZ DEL ENEMIGO, prestigioso journal de inmensa tirada por mares y tierras lejanas y cercanas. Ya les hablaré del director y compañeros. Cuando me encuentre con don Fidel le negaré el saludo. Todo el mundo conoce su avaricia e hipocresía. Ha insultado mi estilo literario y eso no se hace en el gremio periodístico. Le admito que me tache de mal tecleador y de que, a ciencia cierta, no sepa hacer uso correcto de mayúsculas y de minúsculas. Admito que, a veces, mis acentuaciones no sean las correctas. Cuestiones sin importancia a partir de ahora porque LA VOZ DEL ENEMIGO tiene corrector. En cuanto a lo del estilo, cada uno tiene el suyo . No es por criticarlo más, pero el encabezamiento de la carta en la que me comunica la expulsión tiene tirilla. Además es un hortera y un cursi. Mira que decirle a Timotea mi señora. Y no es fea Timotea.
1 comentario:
Me he quedado de piedra.Y por la forma.Tan traumática.Pero deduzco que ya se te ha pasado despues de firmar por LA VOZ DEL ENEMIGO.
Mis mejores deseos de éxito,
Un abrazo
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