Oigo en la radio, recien despierto, que ha muerto José Antonio Labordeta, un hombre bueno que mengua aun más el escaso número de estos con cultura y amor a España. A una España, para él federada, pero España. Un hombre con encanto en la voz y en la palabra. Un hombre con encanto en su yo.
A la memoria me vienen sus canciones y al corazón la pena. A la vista, el recuerdo de uno de los mejores programas de televisión realizados sobre esta España tan malquerida por muchos españoles : UN PAÍS EN LA MOCHILA. En él, Labordeta recorría los caminos de España como peregrino culto con poesía en el pensamiento, en los dichos y en la mochila. Con amor a las tierras, pueblos y ciudades nacidas en territorio hispánico. Con amor a la gente buena de España.
Su voz y sus andares denotaban grandeza de espíritu. Sus ojos, sinceridad. Su bigote, sagacidad y unos principios inquebrantables. Su atuendo como peregrino, humildad. Su aragonesismo, nobleza.
Me hubiera gustado ser alumno suyo en el Instituto de Teruel y haber compartido fríos turolenses al calor de una chimenea cuyos humos aromatizaran los fríos inviernos de las tierras turboletas, tan celtibéricas. Tan españolas. Como no lo fui, lo he sido a través de su mochila tan cargada de sabiduría y buenos quesos y chorizos con la que recorrió la piel de toro entrevistando a pastores, campesinos y gente del pueblo llano a la que representó en las Cortes españolas como diputado. Al hemiciclo parlamentario llevó su voz de libertad y de poesía, tan bien modulada , tan clara, con la que una vez dijo : COÑO, JODER, YA ESTÁ BIEN. VÁYANSE USTEDES A LA MIERDA. Si no fue exactamente así fue algo muy parecido. Lo que los políticos españoles merecen.
Quiera Dios que el país que llevaba en su mochila no sea despedazado por licántropos hambrientos de poder y de dinero que tratan de arrebatarnos a nuestra España. Por los lobos provectos que están dispuestos a hincarle dientes y colmillos a una realidad histórica llamada, según filólogos y eruditos, tierra de conejos, con tal de pasar a a la Historia de España. Mejor dicho : a la historieta. Larga cuerda se les dio en mal momento, para posponer la verdadera vertebración de lo invertebrado o aún sin bien vertebrar; y que no sé quién o quiénes lograrán la definitiva vertebración, pero que buen vertebrador será. Sea quién o quiénes sean, que lo hagan bien. Que no destruyan España. Por ahora el camino que se sigue no conduce a buen fin, sino a fragmentación territorial, a debilidad y a retroceso a épocas nefandas. A la división territorial de El Estado Español. ¿ Estaremos, así, todos felices y contentos?. De lograr los licántropos sus deseos, sería error imperdonable por las generaciones venideras. Las hoy autonomías disidentes no serían soberanas. Sus habitantes, probablemente, sí súbditos estadounidenses o de cualquier otro Estado territorial potente más o menos próximo a la geografía ibérica. Quiza cuando quisiesen reintegrar a la vieja España ya fuese tarde. Ya le ocurrió a Catañuña a mediados del siglo XVII y cogió el tren por los pelos.
¿ Qué mal ha hecho España a catalanes y vascos para que anhelen no tener nada que ver con ella en el futuro?. Repaso la Historia y no veo más que privilegios, leyes privadas respetuosas con sus costumbres y pasado. Los catalanes me hablarán de su situación política anterior al Edicto de Nueva Planta, pero ¿ Acaso no son hoy más libres e independientes que lo fueron con anterioridad al reinado del primer Borbón español?. Entren, miren y comparen. En sus deseos independentistas no veo más que intereses políticos insanos de los dirigentes que creen beneficiarse con los nuevos estados olvidando a los del pueblo. Los políticos, siempre beneficiados y nunca responsables, a los que Labordeta mandó a la mierda, lo que son y donde se merecen estar. Bien dicho, maestro.
España ha perdido a un hombre bueno e inteligente. España ha perdido a un poeta aragonés. ¿ Dónde la poesía del cariancho senior Rovira ?. ¿ En sus conversaciones con E.T.A ?. ¿ Dónde la de E.T.A ?. Tal vez, para ella, en la inocente sangre derramada en aras de nada.
¡Qué fracaso tan cruento y tan inane!
A la memoria me vienen sus canciones y al corazón la pena. A la vista, el recuerdo de uno de los mejores programas de televisión realizados sobre esta España tan malquerida por muchos españoles : UN PAÍS EN LA MOCHILA. En él, Labordeta recorría los caminos de España como peregrino culto con poesía en el pensamiento, en los dichos y en la mochila. Con amor a las tierras, pueblos y ciudades nacidas en territorio hispánico. Con amor a la gente buena de España.
Su voz y sus andares denotaban grandeza de espíritu. Sus ojos, sinceridad. Su bigote, sagacidad y unos principios inquebrantables. Su atuendo como peregrino, humildad. Su aragonesismo, nobleza.
Me hubiera gustado ser alumno suyo en el Instituto de Teruel y haber compartido fríos turolenses al calor de una chimenea cuyos humos aromatizaran los fríos inviernos de las tierras turboletas, tan celtibéricas. Tan españolas. Como no lo fui, lo he sido a través de su mochila tan cargada de sabiduría y buenos quesos y chorizos con la que recorrió la piel de toro entrevistando a pastores, campesinos y gente del pueblo llano a la que representó en las Cortes españolas como diputado. Al hemiciclo parlamentario llevó su voz de libertad y de poesía, tan bien modulada , tan clara, con la que una vez dijo : COÑO, JODER, YA ESTÁ BIEN. VÁYANSE USTEDES A LA MIERDA. Si no fue exactamente así fue algo muy parecido. Lo que los políticos españoles merecen.
Quiera Dios que el país que llevaba en su mochila no sea despedazado por licántropos hambrientos de poder y de dinero que tratan de arrebatarnos a nuestra España. Por los lobos provectos que están dispuestos a hincarle dientes y colmillos a una realidad histórica llamada, según filólogos y eruditos, tierra de conejos, con tal de pasar a a la Historia de España. Mejor dicho : a la historieta. Larga cuerda se les dio en mal momento, para posponer la verdadera vertebración de lo invertebrado o aún sin bien vertebrar; y que no sé quién o quiénes lograrán la definitiva vertebración, pero que buen vertebrador será. Sea quién o quiénes sean, que lo hagan bien. Que no destruyan España. Por ahora el camino que se sigue no conduce a buen fin, sino a fragmentación territorial, a debilidad y a retroceso a épocas nefandas. A la división territorial de El Estado Español. ¿ Estaremos, así, todos felices y contentos?. De lograr los licántropos sus deseos, sería error imperdonable por las generaciones venideras. Las hoy autonomías disidentes no serían soberanas. Sus habitantes, probablemente, sí súbditos estadounidenses o de cualquier otro Estado territorial potente más o menos próximo a la geografía ibérica. Quiza cuando quisiesen reintegrar a la vieja España ya fuese tarde. Ya le ocurrió a Catañuña a mediados del siglo XVII y cogió el tren por los pelos.
¿ Qué mal ha hecho España a catalanes y vascos para que anhelen no tener nada que ver con ella en el futuro?. Repaso la Historia y no veo más que privilegios, leyes privadas respetuosas con sus costumbres y pasado. Los catalanes me hablarán de su situación política anterior al Edicto de Nueva Planta, pero ¿ Acaso no son hoy más libres e independientes que lo fueron con anterioridad al reinado del primer Borbón español?. Entren, miren y comparen. En sus deseos independentistas no veo más que intereses políticos insanos de los dirigentes que creen beneficiarse con los nuevos estados olvidando a los del pueblo. Los políticos, siempre beneficiados y nunca responsables, a los que Labordeta mandó a la mierda, lo que son y donde se merecen estar. Bien dicho, maestro.
España ha perdido a un hombre bueno e inteligente. España ha perdido a un poeta aragonés. ¿ Dónde la poesía del cariancho senior Rovira ?. ¿ En sus conversaciones con E.T.A ?. ¿ Dónde la de E.T.A ?. Tal vez, para ella, en la inocente sangre derramada en aras de nada.
¡Qué fracaso tan cruento y tan inane!
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