No era mi intención hacer hoy entrevista alguna para EL VELERO ANDALUZ en cuanto que es mi día de asueto y así me lo he tomado paseando por el marítimo de Cádiz , ciudad trimilenaria en la que siempre he ejercido mis labores profesionales sin menoscabo. Paseaba , al calorcillo del sol de marzo y con él en la cara , algo deslumbradete , cuando oigo , desde uno de los bancos que jalonan , de trecho corto en trecho corto , el citado paseo , una voz que me da los buenos días. Miro y veo a un vejete conocido a las orillas del mar de Cádiz y enamorado fiel de sus aguas que contempla , sentado en duro banco de paseo , no de galera turquesa , hasta tal punto que me dice siempre esto : mire usted lo que tenemos enfrente. Qué cosa. Siempre me dice lo mismo y siempre me pregunta por mi mujer , a lo que no puedo corresponderle por no saber si es soltero , casado , viudo , con pareja , o sin ella o él. Invertido no parece y buen hombre sí. Debe pensar que yo no tengo ojos en la cara o que mi vista , en lo cual acierta , es deficiente. De cualquier forma , me acerco , lo saludo y hablamos de lo mismo de siempre . De la suerte que tenemos , lo que también es cierto , de vivir a la orilla del mar y del buen día que hace , cuando lo hace y lo hace muchas veces. El clima andaluz es tan privilegiado que hasta nos podría , si las circunstancias lo permitiesen , sacar del atolladero en el que estamos. De las pocas buenas cosas que seguimos teniendo , una es el clima. Entre las malas que tanto abundan , destaco a los políticos
Por cambiar de tema y ante el temor de repetir las manidas palabras de siempre en las que de acuerdo estamos el buen hombre y yo , le pregunto , como el que no quiere la cosa pero es de la plantilla de EL VELERO ANDALUZ , si conoce y lee el periódico citado. Sin dejar de mirar el mar e invitarme a que no aparte mi deteriorada vista de él , me responde las palabras que siguen y que poco satisfecho me dejan :
Conozco el periódico pero no lo leo. Soy tan fiel admirador contemplativo del mar gaditano como del DIARIO DE CÁDIZ. Mi conservadurismo y condición de hombre chapado a la antigua me lleva con fidelidad feudovasallática al más antiguo periódico gaditano de los que se editan a día actual. Tras esta afirmación me vuelve a insistir en que mire cómo rompen las olas mansas en las mansas arenas y me comenta que , aunque las segundas lo sean siempre , las primeras no lo son. Que a él no le importa ni lo coarta cuando pierden , las olas , su mansedumbre y se enfurecen contra la costa formando espumas densas en las que se disuelven las sales marinas , tan beneficiosas , preciadas y apreciadas por cualquier hombre sensible al medio del que procedemos. Descubro , entonces , que mi anónimo amigo es hombre de profundos conocimientoa marinos y terrestres ; lo que me lleva a extrañarme de su no lectura del VELERO ANDALUZ , que dirige mi lejano pariente don Eufrasio de la Frase y Suárez de Golfín . Le diré que nuestro afamado periódico aún no cuenta con el favor y admiración de todas las fuerzas vivas de Cádiz entre , las que al menos hace una hora , se encuentra mi anónimo amigo. Sé que esta interesante crónica no se me pagará en cuanto que ha sido realizada hallándome yo fuera de servicio. No me importa . Entre parientes lejanos queda la cosa y tan caballero es don Eufrasio como yo. No abundamos.
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