Sí señor , los buenos amigos de verdad jamás se olvidan de uno y don Felipe , además de amigo de los caballos , es amigo de sus amigos como lo ha demostrado . Con reiteración y muestras constantes de aprecio. No como otros que , a pesar de habernos visto y tratado a lo largo de luengos años , para nada se acuerdan de uno. Don Felipe , además , es Delicado de apellido y de sentimientos. Y delgado , con lo que hace doble honor a su apellido , aunque dirigiese un periódico gordo y de extrema vanguardia : EL DÍA DE MAÑANA, en el que como ustedes saben , trabajé tiempo ha
Será , muy oportuno su ofrecimiento , quien presente mi conferencia sobre la ausencia de delicadeza entre nuestros congéneres , que pronunciaré , Dios mediante y si el tiempo no lo impide , sobre las arenas y bajo el cielo estrellado de Cádiz , el próximo lunes. Don Felipe dice haber olvidado mi condición de algo descreído porque ha llegado a compartir mi escepticismo sobre tantas cosas. Que ha visto , por sí mismo , las múltiples formas y maneras que los hombres tienen de autoengañarse y falsear la realidad. Ha reconocido haber cometido errores , lo cual lo honra y dignifica , e incluso me ha llegado a pedir perdón por la forma poco delicada , sin delicadeza quedaría mejor , con la que me expulsó de EL DÍA DE MAÑANA. Hoy ya es el mañana de ayer y a muchos nos hemos encontrado en la calle que no sabían qué día era ayer , hoy y cómo será el mañana. A muchos que no sabían nada de nada pero creían saberlo todo de todo. A muchos sabelotodo de quienes mejor no hablar ni citar porque nunca tendríamos tiempo suficiente ni papeles infinitos. No es el caso de don Felipe Delicado , quien , como yo , admite sus errores y está dispuesto a perdir perdón por ellos si le abonan el campo. En caso contrario , la buena simiente se secará. Él y yo tuvimos nuestras diferencias pero con inteligencia , transigencia y delicadeza las hemos olvidado. Sin olvido no hay perdón que valga aunque se suela decir lo contrario ; es decir : perdono pero no olvido. Creo que no es así , ni mucho menos.
Adelanto que diferenciaré , en mi charla-coloquio que espero no sea de perros , las buenas formas de educación , al alcance de cualquiera , con la auténtica educación profunda que no está al alcance de cualquiera. Estableceré diferencias entre la educación y la delicadeza , cualidad que va unida a la sensibilidad y a la educación si ésta viene digiriéndose durante siglos atrás. Mientras más mejor. Más digeridas estarán las cosas de buena educación que saldrán con espontaneidad y sin esfuerzo alguno , con delicadeza no exenta de naturalidad porque la falta de esta no es más que cursilería , algo que está por encima de mis fuerzas aunque pueda parecer , la afirmación , falta de delicadeza. No lo es. Es espontaneidad , algo que echo de menos en los cursis sean de un lugar o sean de otro. Sean de cualquier sitio. Y corto , porque la conferencia o charla-coloquio no de perros ha de tener carácter lógico y antropológico pero no sociológico.Cipión y Berganza , perros vallisoletanos y cervantinos como diría un cursi , no asistirán a mi conferencia gaditana que don Felipe Delgado presentará , honrándome con su presencia.
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