ALGO SOBRE LA CONFERENCIA ANUNCIADA Y PRONUNCIADA

En noche calurosa , casi tórrida , contemplada por luna yemení  que me recordó a tiempos pasados en la Arabia Felíz , diserté sobre la FALTA DE DELICADEZA QUE SE APRECIA ENTRE EL COMÚN DE LOS MORTALES , cual era el título de la charla-conferencia anunciada para el día de ayer en la playa de la Victoria de Cádiz. Hizo mi presentación en el escenario montado por la editorial BEBE AGUA y TOMA AIRE , tal como estaba apalabrado , don Felipe Delgado , mi antiguo director en El DÏA DE MAÑANA. . A ella asistieron buen número de compañeros y amigos a los que sería prolijo citar y un elevadísimo número de asistentes a los que de nada conocía y que igualmente sería prolijo enumerar. Prolijo y dificultoso , aunque peque de poca delicadeza . Pecatus minutus en el amplísimo campo de las indelecadezas aludidas a lo largo de la conferencia-charla o charla-conferencia e incluso en la mesa cuadrada , al estilo de camilla de sala de estar , que se organizó a posteriori de mis palabras.A mi derecha , don Santiago Celtibérico , todo oídos , y , a mi izquierda , mi presentador , que como está algo sordeta , se colocó la mano derecha tras el pabellón auricular de su oreja del mismo lado para que no se le fuese a escapar ni media palabra de las que estaba presto a oír con atención máxima. Consiguió su objetivo porque , tras ellas , fue quien inició el posterior coloquio con una pregunta , a mí dirigida , mediante la que me interpelaba sobre el comentado hecho de cómo los bañistas y veraneantes acuden de tal guisa a darse un chapuzón o , cosa absurda , a pasar más calor que en sus casas en cuanto que muchos de los que llevan esas pintas que ofenden a un mínimo mediano gusto , no se bañan ni se mojan ; verbo , el segundo , poco practicado por la mayoría de hombres bañistas y hombres de secano . Decía mi abuelo Pepe Pineda que los melones de secano eran los mejores y él sabía mucho de campo en cuanto que de él vivió con bastante desahogo aunque ésto no venga a cuento. Perdón , pero mi abuelo Pepe se me ha venido a la cabeza  . Con frecuencia lo recuerdo con cariño. Sobre todo cuando , por las mañanas , desayuno mis tostadas con aceite virgen de oliva y añoro paseos entre sus olivares. Me estoy haciendo un vejete que recuerda más los tiempos remotos que los malos tiempos próximos en los que vivimos. Siempre el tiempo , pasado o presente. ¿ Qué punto de indelicadeza y falta de sensibilidad alcanzará el hombre actual si continúa por el camino que lleva ? . No sé , pero todo lo que tuve y quise decir sobre el horterizado y falto de finura tiempo en el que vivimos , lo dije ante el aplauso general de la concurrencia que , tal vez , de nada se enteró , aunque aplaudiese como si lo hubiera hecho. Delicado y educado que es el hombre de nuestros días. A buen entendedor , pocas palabras bastan. Sobran muchas. Las que las personas delicadas y bien educadas de verdad suponen.