-->
HISTORIADOR DE LOS ÁLVAREZ DE TOLEDO GOLFÍN
Leo en el Portal de la familia Álvarez de Toledo Golfín, a la que pertenezco, y su pertenencia me honra, que se me cita como historiador de ella. Otra honra. Pocos somos los miembros de la familia que nos hemos licenciado en Historia. Tradicionalmente han sido los estudios de Derecho, salvo brillantes excepciones, los elegidos por la mayoría de mis pasados y parientes. El Colegio de Abogados de Sevilla da fe de ello.
Remontándome en el tiempo y, sin perder de vista que las alcaldías mayores, oficios desempeñados por mis antepasados directos en el Ayuntamiento de Sevilla desde mediados del siglo XVII ( con anterioridad los desempeñaron en Cazalla) hasta fines del siglo XVIII, debían ser, en teoría, ejercidas por licenciados o doctores en derecho, la tradición se prolonga.
Cierto es que en mi tesis de licenciatura: Un Linaje Sevillano del Antiguo Régimen : Los Toledo-Golfín, dirigida por el profesor don Rafael Sánchez Mantero y leída en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla en Junio de 1987, estudié la historia familiar. Algunas entradas de este blog han tocado puntos relativos a ella.
La idea prístina nació cuando, siendo yo aún joven que no había iniciado mis estudios universitarios, mi padre me contaba que nuestros ascendientes habían sido alcaldes mayores y maestrantes de Sevilla. Por él supe, en un viaje a Cáceres, que los Golfines habían marcado nuestra ejecutoria histórica. Se refería, naturalmente, a la varonía. Más adelante, yo tendría conocimiento de todos, o, casi todos, los entronques.. Y este conocimiento tuvo por matriz una tarde preñada de nubes en la sevillana calle Virgen de Luján. Justamente, la casa de mis tíos Felipe Álvarez de Toledo Tovar y Aurora Naranjo de Tena , mientras tomábamos café y pastas con mis padres como testigos , tío Felipe me prestó, sin condiciones, un pequeño archivo familiar( sin duda lo que quedaba de otro que debió ser mucho mayor). A su aportación documental se le unió, con presteza, la de su hermano Pepe.
Con este bagaje empecé, siendo yo ya profesor de la , por entonces Escuela de Magisterio de Cádiz, a profundizar en el conocimiento de la historia de mi familia paterna. Conjunto documental que se ampliaría con fondos del Archivo Municipal de Sevilla, del de Protocolos Notariales de la ciudad ( entonces sito en la calle Feria) y en el que uno se jugaba la vida subiendo por unas inseguras escaleras, hasta alturas de vértigo, para coger los legajos entre los que más de una vez deambulaban ratas y ratones. Del Archivo Histórico Nacional y del Notarial de Cazalla, a más de Archivos Parroquiales variados, el de San Bartolomé de Sevilla entre ellos, y la adecuada bibliografía.
Con anterioridad, valedor mío había sido mi tío abuelo Gonzalo Álvarez de Toledo y Alba, persona ajustada a Derecho, y quien con cariño y ternura que yo captaba, me llamaba mi sobrino el filósofo. Ya en plena labor heurística, mi prima María José Álvarez de Toledo Naranjo me echó una mano; y, mi mujer, Carmen Castro Thomas, otra en el dibujo y compartimentación de los árboles genealógicos. A todos ellos y a Rafael Sánchez Mantero les reitero mi agradecimiento. No olvido tampoco a mi prima Mari Carmen Dalebrook Pineda y a su marido Pepe Trevijano, quienes me facilitaron la primera entrevista con el director de la tesina. El resto correría de mi parte.
Desde aquellos lejanos días ha llovido mucho y han salido y se han puesto muchos Soles… Tantos que me han convertido en sesentón jubilado y las cosas se ven con ojos distintos porque los ojos han visto otras muchas cosas. A lo largo de lluvias y de Soles ha ido pasando la vida y mis conocimientos han aumentado hasta el punto de poder decir lo poco que sé. Pero este poco siempre estará dispuesto y al servicio de la historia de mi familia desde este escritorio con el que mi, más que admirado, primo Guillermo Álvarez de Toledo Naranjo ha creado un enlace desde el portal de la familia. He sido sólo un modesto profesor de Historia ( Departamento de Historia Moderna, Contemporánea, de América e Historia del Arte)de la Universidad de Cádiz y que se me cite como historiador de la familia supone una gran alegría, y, repito, un honor reconfortante. Poner a mi linaje en el lugar que históricamente le correspondía fue uno de los objetivos propuestos en mi vida y puedo decir, con satisfacción, que lo he logrado. Ojalá consiga los muchos que aún me quedan por alcanzar. Ojalá, aunque sea una repetición, Dios me ayude a superar la enfermedad que padezco, desde hace tres años y medio, y vuelva a poder disfrutar de las lluvias, las salidas y las puestas de Sol de Cádiz, la vieja ciudad que me acogió con los brazos abiertos cuando a ella vine desde mi queridísima Sevilla. Y de otras muchas cosas más. En relación con las dos ciudades en las que se ha desarrollado gran parte de mi vida, debo aludir a las palabras con las que finalizaba la introducción de mi análisis sobre los Toledo-Golfín : realizado, en parte, oliendo el azahar de Sevilla y , en parte, oyendo silbar los vientos de Cádiz. Así se hizo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario