Suele decirse que los viejos son como niños. Dicho que no alude a la capacidad de ilusionarse que los niños tienen. A la capacidad de admiración a la que los griegos aludían mediante un verbo del que, para no transcribirlo de mala manera, omito su transcripción alfabética. Lejos quedan mis tiempos de estudio de la lengua de Homero, y de Clístenes el demócrata y de tantos otros padres del pensamiento y del arte.
Capacidades que, perdidas y halladas de nuevo, me hacen sentirme como niño con zapatos nuevos. Capacidad que me ha llevado a la osadía, dada mi torpeza en el manejo de las nuevas tecnologías, de hacerme de facebook. Quien me conoce sabe lo que digo. Creo que debo ser de los pocos vejetes que campan en este predio tan lleno de gente joven. Siempre me he sentido joven y sigo sintiéndome a pesar de que, como mi tío Eloy Pineda decía, ya estoy casi en primera fila para emprender el viaje definitivo. Tengo cara de libro como mis escasísimos conocimientos de la Lengua inglesa me permiten saber. Hasta ahora no tengo la cara rectangular. Espero que, con los años, ni se me ponga así, ni dura. Perdería expresividad en el gesto.
Como jovenzuelo imberbe entro en los resquicios de facebook pinchando aquí y acullá, descubriendo nuevas vías de conocimiento e información y haciendo mis composiciones de lugar tropezando una y mil veces en las piedras del camino. Con mayor frecuencia de la que desearía meto la pata y mis tobillos, menos elásticos ya, están a punto de torcerse.
Eso de que la vida es un continuo aprendizaje es verdad, pero facultades se pierden a lo largo del camino. Acabo de oir, en la radio, que, a partir de los sesenta años, el cerebro empieza la pérdida de sus facultades, aún no del todo conocidas. El mío ya ha empezado la cuenta atrás. Tendré que tomar la vitamina B, fortalezadora de sus actividades, que, según reciente descubrimiento, retrasa su envejecimiento. De esto mucho sabe mi primo Guillero Álvarez de Toledo Naranjo. Se lo preguntaré. Yo sólo sé que pienso, luego existo, y que me he ilusionado con pertenecer a facebook . Espero que por muchos años, a pesar de estar, ya, en primera fila. En este camino todos, en algún momento, somos pioneros. Marchemos todos juntos, y yo el primero, por la senda constitucional, aunque el señor Neyra diga que en España no existe. El señor Neyra, aunque defensor de Violeta Santander ante la agresión de Antonio Puerta, está equivocado en muchas cuestiones aunque él se crea en posesión de la verdad absoluta. El, tras haberse repuesto de la agresión, debiera sentirse, también como niño con zapatos nuevos. No como héroe homérico.
Tener mi blog me ha convertido en editor libre, algo que no tiene precio. Escribiré unas veces cosas más interesantes que otras, pero siempre trataré de expresar la historia de mi familia con rigor y ésta y mis pensamientos con absoluta sinceridad. Con la sinceridad de los niños.
Capacidades que, perdidas y halladas de nuevo, me hacen sentirme como niño con zapatos nuevos. Capacidad que me ha llevado a la osadía, dada mi torpeza en el manejo de las nuevas tecnologías, de hacerme de facebook. Quien me conoce sabe lo que digo. Creo que debo ser de los pocos vejetes que campan en este predio tan lleno de gente joven. Siempre me he sentido joven y sigo sintiéndome a pesar de que, como mi tío Eloy Pineda decía, ya estoy casi en primera fila para emprender el viaje definitivo. Tengo cara de libro como mis escasísimos conocimientos de la Lengua inglesa me permiten saber. Hasta ahora no tengo la cara rectangular. Espero que, con los años, ni se me ponga así, ni dura. Perdería expresividad en el gesto.
Como jovenzuelo imberbe entro en los resquicios de facebook pinchando aquí y acullá, descubriendo nuevas vías de conocimiento e información y haciendo mis composiciones de lugar tropezando una y mil veces en las piedras del camino. Con mayor frecuencia de la que desearía meto la pata y mis tobillos, menos elásticos ya, están a punto de torcerse.
Eso de que la vida es un continuo aprendizaje es verdad, pero facultades se pierden a lo largo del camino. Acabo de oir, en la radio, que, a partir de los sesenta años, el cerebro empieza la pérdida de sus facultades, aún no del todo conocidas. El mío ya ha empezado la cuenta atrás. Tendré que tomar la vitamina B, fortalezadora de sus actividades, que, según reciente descubrimiento, retrasa su envejecimiento. De esto mucho sabe mi primo Guillero Álvarez de Toledo Naranjo. Se lo preguntaré. Yo sólo sé que pienso, luego existo, y que me he ilusionado con pertenecer a facebook . Espero que por muchos años, a pesar de estar, ya, en primera fila. En este camino todos, en algún momento, somos pioneros. Marchemos todos juntos, y yo el primero, por la senda constitucional, aunque el señor Neyra diga que en España no existe. El señor Neyra, aunque defensor de Violeta Santander ante la agresión de Antonio Puerta, está equivocado en muchas cuestiones aunque él se crea en posesión de la verdad absoluta. El, tras haberse repuesto de la agresión, debiera sentirse, también como niño con zapatos nuevos. No como héroe homérico.
Tener mi blog me ha convertido en editor libre, algo que no tiene precio. Escribiré unas veces cosas más interesantes que otras, pero siempre trataré de expresar la historia de mi familia con rigor y ésta y mis pensamientos con absoluta sinceridad. Con la sinceridad de los niños.
1 comentario:
Tres años y medio después de escribr esta entrada , la releo. Y al hacerlo digo que , por motivos indeseables, me di de baja ; me borré como algunos dicen , de facebook. Recalco que los motivos fueron indeseables y no imputables a mí sino a otra persona cuyo nombe prefiero no recordar porque nunca debí conocerla aunque la iniciativa en el conocimiento se debiera a la persona dela que nunca más quise saber nada ni quiero.
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