Desde hace tiempo, incluso desde antes de que mi ya superada depresión dijese aquí estoy, intuía los peligros que, además de ventajas, encerraban la novísimas tecnologías de la comunicación. No hacía falta ser un lince para preverlos. Fui, por tanto, consciente de ellos desde el principio. De aquí que ahora no me sorprenda lo ocurrido en cuanto que era sabedor de los peligros a los que me exponía. Quise palparlos para que mi conocimiento fuese empírico, producto de experiencia personal, aunque el tiro pudiese salir por la culata. Preparado estaba para los tiros cuando a petición de varias personas entré en facebook con la verdad que he llevado durante toda mi vida por bandera y con el corazón por delante. Con la osadía del soldado valiente que, aún sabiendo los peligros a los que se expone, decide afrontarlos.
Y , en efecto, descubrí los peligros. Vi la falsedad del mundo real reflejada en el virtual, como suponía, en uno de los espejos próximos. Noté el encubrimiento y la suplantación de personalidades por parte de algunos, intuída desde el principio; con la que jugué hasta los desenmascaramientos finales. Realmente no acierto a comprender qué se intenta conseguir con la farsa. Sólo sé que la farsa virtual existe. La he tocado. Y ahora ¿ Qué ?...
Y , en efecto, descubrí los peligros. Vi la falsedad del mundo real reflejada en el virtual, como suponía, en uno de los espejos próximos. Noté el encubrimiento y la suplantación de personalidades por parte de algunos, intuída desde el principio; con la que jugué hasta los desenmascaramientos finales. Realmente no acierto a comprender qué se intenta conseguir con la farsa. Sólo sé que la farsa virtual existe. La he tocado. Y ahora ¿ Qué ?...
4 comentarios:
Querido Guillermo,
siempre ha existido no sólo en Facebook, pero allí es más fácil. Pero, también , permite que uno de Extremadura y uno de Cádiz se conozcan y descubran que tienen cosas en común,
Por completo de acuerdo, Ana. Así es, pero la sensación de que han querido tomarme el pelo y tomárnoslo no es agradable. En lo que hay falsedad nunca puede haber amistad.
Un abrazo fuerte.
Cuanta verdad decís, queridos amigos. Pero realmente el mayor peligro de Facebook no son las suplantaciones -que hay muchas-, sino la difamación, la capacidad de difamar de la manera más ruin. Y más aún la envidia y la venganza de gente mezquina. Además el otro peligro es llegar a sentir gran cariño por personas que no conoces y que te seducen con sus letras pero cuando menos te lo esperas te dan la espalda, envenenados por chismes y difamaciones. Personas que creen todo lo que les cuentan y que no te piden explicaciones. Lo peor de facebook es que pierdes la cofianza en las personas y en el Ser, y te preguntas: ¿Por qué hay personas que no ven más allá de las apariencias? ¿De qué sirve la intelectualidad sino nos ayuda a diferenciar entre lo que es justo y lo que no lo es?
Lo peor de Facebook, Ana y Guillermo, es que vuelves a pensar como Lord Byron "Cuando más conozco a los hombres, más me gusta mi perro". Verdad es que en la amistad nunca hay falsedad, por eso, Guillermo, si alguna vez dudas de alguien que consideras amigo, habla con él y no escuches solo a quienes susurran veneno, ése fue el gran error de los reyes, que solo escuchaban a la Corte y por eso eran tan ajenos a la realidad. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Que nunca se olvide qué indica el silencio de los Toledo
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