En casa de Rosita que hace unos dulces rojos , no podían ser de otro color , de moras y de frambuesas de las que hay por aquí pero bastante mayores que las de nuestro planeta , que están para quitar el sentido de la realidad .
El poco que me queda porque a Glaukopis y a Guillermete , mis dos acompañantes en nuestra estancia prolongada en Marte , les queda mucho como a diario han demostrado en uno y en otro planeta.
Hace unos días , Rosita y Colorín nos llevaron al zoológico . Vimos en él , admirabilis visu , elefantes que me recordaron a los mamuts terrestres ya desaparecidos y caimanes y cocodrilos que , aunque viviendo en charcas , conservaban cierta semejanza con los dinosaurios , con los diplodocus del jurásico y más con los metoposaurus que habitaban la Tierra durante la era secundaria o mesozoica .
A la retina de mis ojos miopes me vinieron láminas de dibujos que los representaban y un cierto olorcillo a épocas lejanas las acompañaban.
Me quedé de una pieza contemplando el tamaño , enorme , del elefante al que ellos llamaban con una extrañisima palabra impronunciable para alguien que no domine sus lenguas más habladas , y las menos , pero ellos deletrean y pronuncian con la misma facilidad con la que dominan nuestros idiomas más hablados. Vi animales que me recordaron al famoso pangolín y otros que no me recordaron a otros existentes en la Tierra . Todos ellos mostraban , escritos , sus nombres carentes del mínimo parecido con las lenguas conocidas , al menos por mí , en el el planeta azul .
Tras observar tan original fauna viviente , pasamos a visitar el Museo de la Flora .
Antes de describir lo que en él vimos , he de decir que en el planeta rojo todos los museos son gratis y el personal que los atiende , selecto. Los aspirantes a trabajar en ellos , son elegidos mediante especializadas oposiciones al ramo y muestran hacia los visitantes un tacto y delicadeza envidiable. Solo una pega se les podría poner al personal que los atiende ; en especial a las féminas : su carencia de belleza con respecto a los cánones existentes en el planeta azul. No obstante como esto es fácil de suponer , detallo , huyendo del menor atisbo de pesadez , algunas flores que vi y que me llegaron a sorprender .
Existen allí unas , de muy buen olor , que semejan a nuestras rosas pero son de todos los colores menos rosa . Las hay amarillentas , rojizas , blancas y acarameladas. Lo más destacado de las mismas son sus grandísimos tamaños y su espectaculares fragancias . Huelen desde muy lejos . Tanto que desde la misma terraza de Rosita , distante unos cuatro o cinco kilómetros de forma aproximada , pueden olerse. Los rododendros o azaleas presentan , de manera aproximada ,las mismas variedades que la nuestras pero de cuyos nombres martenses no me quiero acordar . Los cactus , llamados también en Marte Kacti , en clara demostración de que la excepción confirma las reglas de los idiomas , son innumerables y otro día escribiré sobre ellos .
Tras visitar el Zoológico y el Museo de la Flora , en los que tantas cosas vimos y nos maravillaron , emprendimos la vuelta mientras a lo lejos se veía la Tierra en la que un virus con corona seguía haciendo de las suyas ...
2 comentarios:
Ya veo Guillermo que Marte es el planeta ideal para estar en estos momentos, se puede disfrutar en paseos interesantes a los museos y ver cosas admirables...
Una recomendación a ver si te llevas una cámara y puedas compartir tanta belleza.😉
BESOS... Seguro que te quedan por ver muchas cosas
ME LA LLEVARÉ PARA HACERLE FOTOS A TODO LO QUE VEA . NO SÉ CÓMO NO HABÍA CAÍDO , MARIA JOSÉ .
OTRO ABRAZO.
GUILLERMO.
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