LOS ÁLVAREZ DE TOLEDO GOLFÍN ACTUALES

La tarde está gris y húmeda. El cielo anubarrado y el mar en calma. La tarde está triste, como mi espíritu. Triste y en calma. Muy triste la tarde, que declina hacia el anochecer y yo  que ayer estuve en Sevilla en el entierro de mi tía María Álvarez de Toledo Rojas, la única hermana de mi padre que aún vivía. A la misa asistimos buen número de Álvarez de Toledo Golfín.Creo que tres generaciones de la familia estuvimos en el cementerio de San Fernando . Últimamente, por la longevidad familiar, solemos coincidir más en circunstancias luctuosas que gozosas. A pesar de ello y del sentimiento por la muerte de mi tía a la que, al igual que a todas y a todos, bien quise y bien quiero; estar cerca de mi familia siempre me es más que grato. Aunque no resulte elegante que lo diga un miembro de ella, se trata de un tipo de personas que, vaya por Dios, no abunda. Gente, en su gran mayoría, educada, natural, cariñosa, sincera , honrada, bondadosa y de trayectorias ejemplares en sus profesiones y en sus vidas. A unos la vida les ha sonreído más que a otros, pero incluso estos otros han sabido afrontar las contrariedades con el estilo y clase que los caracteriza. En nosotros la llaneza va unida al señorío de siglos. Surge y se manifieta de forma espontánea la delicadeza y el saber estar. La simpatía y una profunda resignación ante los avatares de la vida que, para algunos ha sido esquiva, no empequeñece la magnanimidad de ánimo ni, asimismo en la mayoría de los casos, la resignación cristiana. Hoy no he escrito sobre la historia familiar. Lo hago sobre el hoy familiar. Un hoy cuyos frutos me causan respeto y admiración. Es falta de elegancia decir esto sobre la propia familia, pero es opinión generalizada entre las personas que nos conocen y tratan. Otras pueden no opinar lo mismo. En su derecho están. Recuerdo que tío Antonio Pérez Álvarez de Toledo me comentaba que compañeros suyos decían : Si se llama Álvarez de Toledo es buena persona.