PODEROSO PORDIOSERO ES DON DINERO

Aunque uno vaya por la vida con la verdad por bandera, sin máscara alguna y con buena intención,pueden producirse roces o tiranteces con nuestros congéneres.Tal vez, incluso esa forma de andar por la vida pueda propiciarlos, aunque no sea ésa la imtención. La independencia , libertad de pensamiento y ausencia de intereses más o menos espurios es nota discordante en una sociedad y un mundo mediatizado por una cosa u otra.Ser independiente y librepensador entraña riesgos que se han de asumir.De aquí que, por desgracia,los interlocutores con las personas que así somos,no abunden; y de aquí que a veces nos veamos como bichos raros, aunque nuestra conciencia nos permita dormir con tranquilidad , valor incalculable.De igual forma, difícil es encontrarnos con personas que cuando se equivocan, admitan y reconozcan sus errores.Yo sé los que he cometido en mi vida, más de los que hubiese deseado, y los he asumido con todas sus consecuencias, algunas asaz desagradables. Viene ésto a cuento de una conversación que mantuve, tiempo atrás, con una persona, lejanísimo pariente y de cuyo nombre no quiero acordarme,sobre un tema familiar.La persona, cuando desmonté sus argumentos sobre la cuestión,soltó el siguiente improperio : Bueno, pero cuando se pierde el capital, se ha perdido todo.Aunque siempre ha sido don dinero poderoso caballero,yo desconocía sus circunstancias económicas, si bien él pareció estar al tanto de las mías.Para aquella persona, era evidente,el valor de alguien estaba en función de su mayor o menor poder económico, sin más.Creo que hay mejores raseros para medir la calidad de los hombres.Utilicemos el que utilicemos,aguanté la inconveniencia con entereza y me limité a comentar : Ay, ay, con conmiseración. Me alegré que el parentesco fuese lejanísimo.Cuando se ha perdido el capital, lo único que se ha perdido es dinero, pero no la honradez ni la dignidad.Estas últimas palabras me las guardé.Para el interlocutor serían incompatibles con la carencia de capital. El tanto tienes tanto vales era su rasero para medir la calidad de las personas,rasero muy extendido.Le dí la mano y le deseé mejoría sinceramente.En el fondo,sentí lástima de él.De su enfermedad y de la escala de valores por la que se regía.