Juan Segura fue personaje díscolo y pendenciero de Cazalla de la Sierra en el siglo XVII.
Hijo de don Cristóbal de Segura,Regidor Perpetuo y Juez de primera instancia en su distrito,puede ser calificado, a tenor de sus fechorías, como hombre chulesco, amparado por su padre.
.En Enero de 1645, atacó, sin motivo alguno sabido, de noche y en el campo, a Adrián Morejón. Ataque en el que no hubo heridas ni del que se presentó querella,tal vez porque la víctima,conocedora del cargo del padre de su agresor,pensase que era pérdida de tiempo.
Un año después,teniendo Juan Segura amoríos con una criada de un Escribano de la villa, hirió con una navaja a la mujer del Escribano.Cuando el Escribano se quejó, fue atacado por Juan Segura,quien llegó a desafiar a un cuñado de éste.Criticables comportamientos que no lograron encausarlo de oficio,muy probablemente por estar su padre detrás de la cortina.
En abril de 1645 hirió con su espada al recaudador de alcabalas.A pesar de la gravedad del hecho tampoco se interpuso querella contra el agresor.Parece que todos los montes de la Sierra de Cazalla eran orégano para el pendenciero individuo.
En Mayo de 1646 agredió e hirió de gravedad a Manuel Roduz, sin que el agredido acudiese tampoco a la justicia.
Caso distinto fue el protagonizado por Juan Segura( el terror de Cazalla a mediados del siglo XVII)con don Nicolás de Toledo.Cuando varios arrieros acarreaban vino para el padre de don Nicolás,don Fernando de Toledo Golfín,atravesando una heredad perteneciente a don Cristóbal de Segura,Juan Segura y su padre los reprendieron con hostilidad, saliendo don Nicolás Toledo en auxilio de los arrieros.Esta vez el caso sí llegó a la Audiencia de Sevilla y se decretó prisión domiciliaria para los Segura, padre e hijo, lo que llegó a provocar enfrentamientos entre facciones sociales de Cazalla.Hechas las paces entre los Toledo y los Segura,mientras Nicolás de Toledo paseaba por la plaza de Cazalla, Juan Segura lo atacó por la espalda,volviendo a dar muestra de su incorregile chulería y, me atrevo a decir, vileza,derribándole el sombrero.El reto a duelo era obligado.Desenvainando ambos sus espadas, don Nicolás fue herido en la lengua, llegando a perder un diente.A raíz del hecho,se volvió a iniciar causa criminal contra Juan Segura. La Cámara de Castilla, en 1649,le concedió el indulto a cambio de una sanción pecuniaria aceptada por Nicolás y la cosa parece que no fue a mayores( 1). Aunque los hechos del pasado son difíciles de juzgar en el presente, queda clara la condición de hombre de poco fiar de Juan Segura y la lenidad de la justicia, sobre todo si se disponía de un buen padrino.Con frecuencia pasado y presente muestran similitudes.Ignoro si la odontología de la época, en manos de sacamuelas y barberos, lograría recomponer el diente a mi ( nuestro) noveno abuelo.O décimo o undécimo, depende de la generación que se sea .
( I )José I. Fortea, Juan E. Gelabert y Tomás A. Mantecón.Furor et Rabies: Violencia,conflicto y marginación en la Edad Moderna. U.C.( Universidad de Cantabria),2002,p.p.86-89
Hijo de don Cristóbal de Segura,Regidor Perpetuo y Juez de primera instancia en su distrito,puede ser calificado, a tenor de sus fechorías, como hombre chulesco, amparado por su padre.
.En Enero de 1645, atacó, sin motivo alguno sabido, de noche y en el campo, a Adrián Morejón. Ataque en el que no hubo heridas ni del que se presentó querella,tal vez porque la víctima,conocedora del cargo del padre de su agresor,pensase que era pérdida de tiempo.
Un año después,teniendo Juan Segura amoríos con una criada de un Escribano de la villa, hirió con una navaja a la mujer del Escribano.Cuando el Escribano se quejó, fue atacado por Juan Segura,quien llegó a desafiar a un cuñado de éste.Criticables comportamientos que no lograron encausarlo de oficio,muy probablemente por estar su padre detrás de la cortina.
En abril de 1645 hirió con su espada al recaudador de alcabalas.A pesar de la gravedad del hecho tampoco se interpuso querella contra el agresor.Parece que todos los montes de la Sierra de Cazalla eran orégano para el pendenciero individuo.
En Mayo de 1646 agredió e hirió de gravedad a Manuel Roduz, sin que el agredido acudiese tampoco a la justicia.
Caso distinto fue el protagonizado por Juan Segura( el terror de Cazalla a mediados del siglo XVII)con don Nicolás de Toledo.Cuando varios arrieros acarreaban vino para el padre de don Nicolás,don Fernando de Toledo Golfín,atravesando una heredad perteneciente a don Cristóbal de Segura,Juan Segura y su padre los reprendieron con hostilidad, saliendo don Nicolás Toledo en auxilio de los arrieros.Esta vez el caso sí llegó a la Audiencia de Sevilla y se decretó prisión domiciliaria para los Segura, padre e hijo, lo que llegó a provocar enfrentamientos entre facciones sociales de Cazalla.Hechas las paces entre los Toledo y los Segura,mientras Nicolás de Toledo paseaba por la plaza de Cazalla, Juan Segura lo atacó por la espalda,volviendo a dar muestra de su incorregile chulería y, me atrevo a decir, vileza,derribándole el sombrero.El reto a duelo era obligado.Desenvainando ambos sus espadas, don Nicolás fue herido en la lengua, llegando a perder un diente.A raíz del hecho,se volvió a iniciar causa criminal contra Juan Segura. La Cámara de Castilla, en 1649,le concedió el indulto a cambio de una sanción pecuniaria aceptada por Nicolás y la cosa parece que no fue a mayores( 1). Aunque los hechos del pasado son difíciles de juzgar en el presente, queda clara la condición de hombre de poco fiar de Juan Segura y la lenidad de la justicia, sobre todo si se disponía de un buen padrino.Con frecuencia pasado y presente muestran similitudes.Ignoro si la odontología de la época, en manos de sacamuelas y barberos, lograría recomponer el diente a mi ( nuestro) noveno abuelo.O décimo o undécimo, depende de la generación que se sea .
( I )José I. Fortea, Juan E. Gelabert y Tomás A. Mantecón.Furor et Rabies: Violencia,conflicto y marginación en la Edad Moderna. U.C.( Universidad de Cantabria),2002,p.p.86-89
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