Soy, como sabido es, aficionado al fútbol, sevillista y de Sevilla. Llevo viviendo en Cádiz casi cuarenta años. Con gaditana me casé y gaditanos son mis hijos. Quiero, por tanto, a Cádiz, ciudad en la que he vivido más años que en mi Sevilla y en la que he desarrollado mi vida profesional. Sobre mi apego a la ciudad mucho dice el nombre de este blog.
El nuevo descenso del equipo de fútbol de la ciudad en el año de su centenario, aunque el fútbol no sea más que un deporte supercapitalizado como los tiempos que corren,es un fracaso que sobrepasa lo deportivo. Una capital de provincia con tan antigua historia y de tanta transcendencia en el devenir español no merece tener un equipo que transite entre la segunda división y la tercera( segunda- B ). Este año se trajo al entrenador idóneo, Espárrago, para que hiciera un cesto sin mimbres. Demasiado entretejió hasta la última jornada del campeonato. Afición buena la hay, entrenador bueno, Víctor Espárrago , lo hubo. Aun sin buenos jugadores, a punto estuvo de dejar al equipo en segunda; el objetivo.
El responsable de que el equipo no haya podido dar más de sí es , naturalmente, el Presidente , señor Muñoz, que nunca ha sido consciente de la responsabilidad que contrajo al estar al frente de la junta directiva. Tal vez, ignore la importancia histórica de la ciudad, o, tal vez, no quiso arriesgar sus dineritos en fortalecer al equipo fichando a jugadores capacitados para mantener al Cádiz en segunda e incluso intentar el ascenso a primera, lugar que le corresponde a la más antigua ciudad de occidente. Probablemente ignore el primer supuesto a más de la certidumbre de la hipótesis pecuniaria. El Presidente Muñoz será un hacha para los negocios, pero carece de talla para dirigir las riendas del equipo de una ciudad cuya personalidad y clase lo sobrepasan en gran medida.
Señor Muñoz Vera, quizá esté capacitado para dirigir al Chiclana, al Conil, a la Roteña o al Ubrique, pero la ciudad de Cádiz y su equipo le venían anchos. Muy anchos. El nuevo estadio también. Qué pena que tan bonito campo de fútbol sea el de un club de segunda-B porque su Presidente nunca llegó al talón de la ciudad. Mucha ciudad para tan escaso presidente.
El nuevo descenso del equipo de fútbol de la ciudad en el año de su centenario, aunque el fútbol no sea más que un deporte supercapitalizado como los tiempos que corren,es un fracaso que sobrepasa lo deportivo. Una capital de provincia con tan antigua historia y de tanta transcendencia en el devenir español no merece tener un equipo que transite entre la segunda división y la tercera( segunda- B ). Este año se trajo al entrenador idóneo, Espárrago, para que hiciera un cesto sin mimbres. Demasiado entretejió hasta la última jornada del campeonato. Afición buena la hay, entrenador bueno, Víctor Espárrago , lo hubo. Aun sin buenos jugadores, a punto estuvo de dejar al equipo en segunda; el objetivo.
El responsable de que el equipo no haya podido dar más de sí es , naturalmente, el Presidente , señor Muñoz, que nunca ha sido consciente de la responsabilidad que contrajo al estar al frente de la junta directiva. Tal vez, ignore la importancia histórica de la ciudad, o, tal vez, no quiso arriesgar sus dineritos en fortalecer al equipo fichando a jugadores capacitados para mantener al Cádiz en segunda e incluso intentar el ascenso a primera, lugar que le corresponde a la más antigua ciudad de occidente. Probablemente ignore el primer supuesto a más de la certidumbre de la hipótesis pecuniaria. El Presidente Muñoz será un hacha para los negocios, pero carece de talla para dirigir las riendas del equipo de una ciudad cuya personalidad y clase lo sobrepasan en gran medida.
Señor Muñoz Vera, quizá esté capacitado para dirigir al Chiclana, al Conil, a la Roteña o al Ubrique, pero la ciudad de Cádiz y su equipo le venían anchos. Muy anchos. El nuevo estadio también. Qué pena que tan bonito campo de fútbol sea el de un club de segunda-B porque su Presidente nunca llegó al talón de la ciudad. Mucha ciudad para tan escaso presidente.
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