Vi, en el estadio Ramón de Carranza, el partido Sevilla-Español de Barcelona del trofeo gaditano. No me gustó mi equipo. El contrario jugó mejor, con mejor disposición en el campo y mayor chispa y rapidez. No me sirve el argumento que achaca al comienso de temporada el pobre juego del equipo de Antonio Álvarez. Algo más el que lo achaca a la proximidad de partidos de mayor transcendencia para el club ( Supercopa con el Barcelona y eliminatoria previa a la liga de campeones). De cualquier forma, por muy devaluado que el trofeo Carranza esté, que lo está por los desaciertos del presidente de El Cádiz, el conjunto de Del Nido-Álvarez-Monchi y tantos y tantos sevillistas, debió jugar bastante mejor ; la ocasión era buena piedra de toque para medir lo que el equipo pueda dar de sí en la temporada que se acerca.
Varios día después, surge la posibilidad de que Luis Fabiano se vaya al Olympique, posibilidad que tiene visos de verosimilitud. Ojalá la marcha del brasileño no llegue a hacerse realidad. A varios días del comienzo de la liga, la ida de Luis Fabiano, aunque teniendo en cuenta que el año que viene finaliza contrato y el club no pudiese recibir dinero por él, supondría un golpe muy bajo para el potencial ofensivo del equipo. En fútbol, aunque el señor Del Nido no opine así, no todo es dinero, como en todas las facetas de la vida. Buscar a prisa y corriendo un sustituto de Fabiano, teniendo en cuenta los fichajes de delanteros que se han hecho en temporadas anteriores y contando con tiempo suficiente, es para echarse a temblar.
Al margen del tema Luis Fabiano, transcendente para el futuro del club, seguí notando, en el partido del Carranza, la falta de un centrocampista ordenador que de fluidez al juego y mande pases interiores a los delanteros para romper la defensa contraria y no intentar hacerlo siempre por los extremos, juego que nos tienen cogido los rivales, impidiendo el factor sorpresa a la hora de atacar. Las alas sevillistas son muy rápidas y muy buenas, pero el juego es muy previsible. Cuando llegan los centros, aunque óptimos, los rematadores están marcados por los defensas contrarios, con lo que se pierde efectividad y no se saca el jugo suficiente del buen juego de los extremos. En resumen, vi unos centrales, sobre todo Squilachi, bajos de forma. Un lateral derecho, Konko, con la misma indolencia y pasividad que casi siempre. Un Navarro, vulgar y un muy prometedor Davo. Un centro del campo trotón y sin cabeza. Los extremos, sobre todo Perotti, bien. Kanouté, con su elegancia, bajando a la media para buscar balones y Luis Fabiano a lo suyo, sin suerte. Total, nada que me recordara al juego primoroso y de ataque continuo que tantos triunfos nos dieron. El entrenador tiene por delante un trabajo nada fácil que aún puede ser más difícil si el delantero de la selección brasileña se va. Me permito recordar a los entendidos dirigentes que ahí están Cala, José Carlos, que se debe quedar, pues es habilidoso y con clase, Luna... Están dentro. Si hay que, con prisas que nunca son buenas consejeras, fichar a un delantero centro que sustituya al siempre díscolo Fabiano, que se tenga mejor vista que en los fichajes de otros delanteros cuyos nombres sabemos todos. En resumen : Mucho trabajo para Antonio Álvarez y mucha vista. No veo el horno para muchos bollos. Ojalá me equivoque, como es mi deseo. Suerte para mi equipo en la temporada que está a punto de comenzar. Se perdió la posibilidad de fichar a un centrocampista de garantía; no se vaya, de nuevo, por una cantidad mayor o menor de euros, a debilitar todavía más al equipo. Palop, Navas, Perotti, Kanouté y Zokora no pueden, siempre, sacar las castañas del fuego. Veo la cosa algo caliente y no por el calor de los días. Si Luis Fabiano se va, que es lo que lleva queriendo durante mucho tiempo diga después lo que diga, el equipo se debilitará aún más y continuará por la mala senda que se comenzó al irse Martín, Alves, Poulsen, Keyta.... Así , señor Del Nido, se puede estar en la élite del futbol europeo algunas temporadas; pero así, señor Del Nido, nunca será nuestro equipo alternativa, en la liga española, al Madrid ni al Barcelona, ni jamás será considerado equipo grande en el concierto futbolístico europeo. Con brabuconadas y salidas de tono, aunque usted lo crea, no se hace un equipo digno de respeto. Se crean antipatías y nada más. Para que un equipo se mantenga en la crema y nata del fútbol europeo hay que tener un muy buen conjunto y no desahacerlo poco a poco sin recambios de la misma calidad. Esto es lo que usted habrá hecho si, pensando sólo en el bolsillo, decide que es el momento más rentable para quedarse sin Fabiano, por inmaduro que sea el brasileño. La categoría o falta de ella de un equipo se debe, en buena parte, a la de su presidente. A veces se tiene suerte y durante algunas temporadas el equipo se codea con los grandes. Para ser un equipo grande hay que tener una política de fichajes mejor que la seguida por el Sevilla y un presidente con menos prepotencia, más humildad y mayor clase, la que está consiguiendo que le falte al equipo.
Varios día después, surge la posibilidad de que Luis Fabiano se vaya al Olympique, posibilidad que tiene visos de verosimilitud. Ojalá la marcha del brasileño no llegue a hacerse realidad. A varios días del comienzo de la liga, la ida de Luis Fabiano, aunque teniendo en cuenta que el año que viene finaliza contrato y el club no pudiese recibir dinero por él, supondría un golpe muy bajo para el potencial ofensivo del equipo. En fútbol, aunque el señor Del Nido no opine así, no todo es dinero, como en todas las facetas de la vida. Buscar a prisa y corriendo un sustituto de Fabiano, teniendo en cuenta los fichajes de delanteros que se han hecho en temporadas anteriores y contando con tiempo suficiente, es para echarse a temblar.
Al margen del tema Luis Fabiano, transcendente para el futuro del club, seguí notando, en el partido del Carranza, la falta de un centrocampista ordenador que de fluidez al juego y mande pases interiores a los delanteros para romper la defensa contraria y no intentar hacerlo siempre por los extremos, juego que nos tienen cogido los rivales, impidiendo el factor sorpresa a la hora de atacar. Las alas sevillistas son muy rápidas y muy buenas, pero el juego es muy previsible. Cuando llegan los centros, aunque óptimos, los rematadores están marcados por los defensas contrarios, con lo que se pierde efectividad y no se saca el jugo suficiente del buen juego de los extremos. En resumen, vi unos centrales, sobre todo Squilachi, bajos de forma. Un lateral derecho, Konko, con la misma indolencia y pasividad que casi siempre. Un Navarro, vulgar y un muy prometedor Davo. Un centro del campo trotón y sin cabeza. Los extremos, sobre todo Perotti, bien. Kanouté, con su elegancia, bajando a la media para buscar balones y Luis Fabiano a lo suyo, sin suerte. Total, nada que me recordara al juego primoroso y de ataque continuo que tantos triunfos nos dieron. El entrenador tiene por delante un trabajo nada fácil que aún puede ser más difícil si el delantero de la selección brasileña se va. Me permito recordar a los entendidos dirigentes que ahí están Cala, José Carlos, que se debe quedar, pues es habilidoso y con clase, Luna... Están dentro. Si hay que, con prisas que nunca son buenas consejeras, fichar a un delantero centro que sustituya al siempre díscolo Fabiano, que se tenga mejor vista que en los fichajes de otros delanteros cuyos nombres sabemos todos. En resumen : Mucho trabajo para Antonio Álvarez y mucha vista. No veo el horno para muchos bollos. Ojalá me equivoque, como es mi deseo. Suerte para mi equipo en la temporada que está a punto de comenzar. Se perdió la posibilidad de fichar a un centrocampista de garantía; no se vaya, de nuevo, por una cantidad mayor o menor de euros, a debilitar todavía más al equipo. Palop, Navas, Perotti, Kanouté y Zokora no pueden, siempre, sacar las castañas del fuego. Veo la cosa algo caliente y no por el calor de los días. Si Luis Fabiano se va, que es lo que lleva queriendo durante mucho tiempo diga después lo que diga, el equipo se debilitará aún más y continuará por la mala senda que se comenzó al irse Martín, Alves, Poulsen, Keyta.... Así , señor Del Nido, se puede estar en la élite del futbol europeo algunas temporadas; pero así, señor Del Nido, nunca será nuestro equipo alternativa, en la liga española, al Madrid ni al Barcelona, ni jamás será considerado equipo grande en el concierto futbolístico europeo. Con brabuconadas y salidas de tono, aunque usted lo crea, no se hace un equipo digno de respeto. Se crean antipatías y nada más. Para que un equipo se mantenga en la crema y nata del fútbol europeo hay que tener un muy buen conjunto y no desahacerlo poco a poco sin recambios de la misma calidad. Esto es lo que usted habrá hecho si, pensando sólo en el bolsillo, decide que es el momento más rentable para quedarse sin Fabiano, por inmaduro que sea el brasileño. La categoría o falta de ella de un equipo se debe, en buena parte, a la de su presidente. A veces se tiene suerte y durante algunas temporadas el equipo se codea con los grandes. Para ser un equipo grande hay que tener una política de fichajes mejor que la seguida por el Sevilla y un presidente con menos prepotencia, más humildad y mayor clase, la que está consiguiendo que le falte al equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario