Abro el diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia, y busco definiciones de los términos noble y nobleza para afinar conceptos. Sobre el primero, en primera acepción, se dice : Preclaro, ilustre, generoso. En segunda acepción, sigo refiriéndome al vocablo noble, dice : Principal en cualquier línea ; excelente o aventajado en ella. Como acepción tercera, con evidente matiz sociológico, leo : Dícese de la persona que por su ilustre nacimiento o por concesión del soberano posee algún título del reino, y por extensión, de sus parientes. Entre éstos, de cosecha propia, incluyo a los descendientes.
De la palabra nobleza cito dos acepciones. Una : Cualidad de noble. Otra, muy sociológica :Conjunto o cuerpo de los nobles de un Estado o región.
De las anteriores definiciones se concluye que las palabras noble y nobleza tienen acepciones de origen semejante y no siempre convergentes. Una se acerca al concepto de virtud, entendiéndola como integridad de ánimo y bondad de formas de vida. Sería la nobleza de corazón, comportamientos y sentimientos. Nobleza carente de privilegios, de leyes privadas, y que se puede encontrar en cualquier persona sea del origen que sea. A ella se tiene acceso tan sólo mediante formas de comportamientos ejemplares. Sería la verdadera nobleza de raíces profundas y demófilas.
Otra es la nobleza, sociologicamente hablando, institucionalizada en todas las comunidades, sociedades y culturas desde que el hombre empezó a vivir en comunidad y los trabajos a diferenciarse; desde que se socializó.
El individuo que, en un sentido o en otro, destacara por virtud o comportamiento que favoreciera al grupo, a la comunidad, de manera transcendente ; léase intermediario entre lo físico y lo metafísico o espiritual ( brujo, chamán, sacerdote...) , léase como protector principal del grupo, bien defendiéndolo o ampliando su campo de acción ( guerreros), léase inventando algún avance técnico que repercutiera en el bien común ( filósofo, sabio, artista...) , pasaba a disfrutar de una consideración especial por el resto de los componentes de su comunidad, fuese ésta más o menos numerosa. Después, tal vez, viniesen las envidias.
Vemos, así, como alguien virtuoso y con creatividad cuyos hechos favorecen, sobremanera, al bienestar y progreso de los demás, pasa a ser miembro distinguido y respetado por el grupo. Se convierte en hombre superior debido a los beneficios que consigue para sus iguales. Hacia él se materializa el agradecimiento otorgándosele determinadas ventajas de las que sólo él y sus descendientes disfrutarán, una ley privada o privilegio. Al considerarse que las virtudes, valores o habilidades demostradas por el individuo, ventajosas para el grupo, se transmiten por los genes, los descendientes de éste pasan a gozar, por herencia genética, del mismo respeto y admiración que el autor del beneficio por parte de los demás componentes de la sociedad. Se transpasan a sus hijos, nietos, biznietos... El agradecimiento es, por consiguiente, vitalicio y post mortem.
Si se trata de beneficio de gran envergadura, el cuerpo social tenderá a considerarlo como jefe, como poderoso, en la comunidad. De aquí a la realeza no hay más de un paso. A la nobleza, no más de dos o tres.
En lo referente al sabio individuo que ha canalizado las inquietudes espirituales del grupo, lo mismo se puede decir. De aquí al jefe religioso, otro paso. Para la sociedad, uno, el rey, y otro, el chamán o sacerdote, pasan a convertirse, por agradecimiento democrático, en los mejores del grupo. En cuanto tales, detentarán el poder y el gobierno de los demás. Aparece, de esta guisa, la aristocracia, es decir, el ejercicio de las funciones de mando por parte de los mejores de la sociedad, que paulatinamente y por motivos que al caso no vienen, tenderá a ir jerarquizándose en escalones o estados. Se trata de un fenómeno poíticosocial ecuménico que, en lo que a las sociedades europeas concierne, formará los estamentos sociales, ya propugnados por Platón en su República, característico del llamado Antiguo Régimen europeo hasta la Revolución Francesa.
Nítidos aparecen los tres estados . Los oratores rezan por la comunidad y la defienden espiritualmente de peligros y acechanzas externas e internas. Como moneda de cambio por este sevicio, que sólo los oratores están capacitados para llevar a cabo, serán mantenidos y abastecidos, si bien es cierto que unos con mayor abundancia que otros, por los que trabajan y laboran para ellos, los laboratores. Éstos darán pan y no dirán tonto a los oratores que los guiarán por los caminos rectos de los dioses. Alimento y buena vida a cambio de salvación y vida indigente.
La relación entre laboratores y bellatores se basa, asimismo, en el do ut des ; en el intercambio de funciones. En este campo, los laboratores ofrecen manutención y reciben garantías de seguridad vital ante el enemigo, por lo general exterior. Los bellatores ( guerreros) defienden al cuerpo de productores, al llamado tercer estado o laboratores.
Así, cada estado o estamento ejerce sus funciones dentro del orden establecido desde muy antaño; sus oficios. Religiosos unos, militares otros, laborales los más. Sutiles los oficios religiosos, peligrosos los guerreros, seguros pero de extrema dureza los de los laboratores. Todos contentos y la alianza poder religioso con poder político triunfa en la realidad y en la ficción. Incluso los laboratores eran privilegiados dentro del sistema establecido, aunque su ley no fuese privada sino general y común. Sus privilegios consistían en no tener la obligación de pensar en su salvación, mejor en nada, ni de defenderse de los peligros exteriores. Oratores y bellatores los eximían de tan onerosas cargas. Un mundo feliz en el que bellatores y oratores, unos más que otros, eran nobiles, bien vivían, y la mayoría de los laboratores, innobiles, malvivían. Sobran matizaciones. El lector es sabio.
A la cabeza de los nobiles ( bellatores y oratores) el gran jefe, el rex ¿ cómo no?, gratia dei. La gran alianza de poderes en la que, a veces, saltaban chispas por la hegemonía. El docto lector conoce el chisporroteo. No divago sobre él y voy al meollo de lo tratado.
Mutatis mutandis el concepto inicial de nobleza que con prístina claridad nació asociado a la persona que destaca, con provecho, entre sus iguales, degenera y se empobrece perdiendo su idiosincracia virtuosa. Noble es, ya en época clásica grecorromana y en la medieval, el hombre que vive con desahogo y largueza; entre ellos los mílites, los caballeros. Se ha degenerado el concepto virtuoso iniciático en lo que atañe a heróico, defensa del grupo en lo material , espiritual e intelectual y búsqueda de caminos de progreso. Si noble es considerado el poseedor de bienes que le permiten sobrevivir con desahogo e incluso lujo, es decir " noblemente", pocos pudieron alcanzar este status durante los tiempos pasados. Aceptemos el 10% de la población durante el Antiguo Régimen.
Si midiésemos la nobleza por el basto rasero del poder, mayor o menor, económico, hoy habría, gracias al progreso, cientos y cientos de millones de nobles en nuestro plutócrata mundo. Serían los nuevos ricos surgidos al amparo y a la sombra de la Revolución Industrial , hoy, ya, nobleza añeja. De dos siglos y medio. Los ricos procedentes de las novísimas revoluciones y de la especulación del ladrillo y otras aún peores, nobleza de nuevo cuño.¿ Los descendientes de rancios linajes de bellatores medievales o de grandes señores y títulos europeos?. Respondo. Los que heredaron títulos y patrimonio formarían la antigua y " verdadera" nobleza. Mas, ¿ dónde encajamos a los descendientes que, de la misma sangre y origen, no heredaron patrimonio y título?. En el Antiguo Régimen eran los hobereaux franceses, la gentry inglesa, los hidalgos castellanoleoneses, los infanzones navarros y aragoneses, los ... Quizá podamos encajarlos en el grupo de lo que , hoy, se llama gente bien o gente fina. ¿ Gente buena, gente noble?. La sangre, los genes, pueden marcar. No siempre lo hacen. Personas nobilísimas se pueden encontrar, en el verdadero sentido de la palabra noble, en todas las clases sociales y, en todas, gente sin nobleza
( snob). No es necesario que una ejecutoria de ascendencia nobiliaria se posea para tener comportamientos propios de persona noble. Si se posee, mejor que mejor. En este caso, los genes habrán cumplido su obligación. No obstante, insisto, la condición derivada no siempre se cumple.
¿ Qué es, por tanto, nobleza?. ¿ Quién puede ser considerado, en la actualidad, persona noble ?. Intento explicar las interrogantes planteadas, desechando el tópico y provecto sentido de los términos noble y nobleza, tan manidos, malentendidos y utilizados a lo largo de los tiempos. Separemos las ovejas churras de las ovejas merinas, tomando el rasero de la única nobleza, la de comportamientos y sentimientos, la de corazón, la de verdad. Consiste ésta en un comportamiento magnánimo, con arreglo a las posibiliades de cada uno, acompañado de respeto y consideración al prójimo aunque éste sea de opiniones y creencias distintas a los nuestras. Consiste en la defensa de la justicia natural, cuando se producen roces entre semejantes, y en apoyo, siempre al débil y no al poderoso, si hay duda sobre quién lleva la razón. Consiste en capacidad de perdón ante los errores ajenos y en ponerse en lugar del otro para intentar comprender, con transigencia, sus acciones. Consiste en ceder, sin abdicar, nuestros principios y derechos. Consiste en que estos principios sean acordes con los valores eternos : Humildad, caballerosidad, franqueza, agradecimiento, sinceridad, lealtad, fidelidad, honradez, espíritu de sacrificio y de servicio, coherencia en el decir y obrar ... Si estos valores eternos van acompañados de cultura, mejor que mejor. Si desde tiempo inmemorial, aún mejor. Entonces, a más de nobleza se tendrá clase.
Para nada, en estas consistencias, aparece el dinero, el poder económico, como algo relacionado o consubstancial a la nobleza. En caso de asociarlo o relacionarlo tendríamos que considerar nobles a todos los deportistas de élite, cuyos emolumentos asustan, a los ricos cuyos dineros proceden de especulaciones con el ladrillo o cosas mucho peores y a tantos y tantos snob ( sine nobiliate ), que todo confunden y , a los que, si se tiene perspicacia mínima, se les ve el plumero de flores de plástico.
Dice un refrán castellano : Si quieres saber quién es fulanillo dale un destinillo. La prepotencia lo delatará. La falta de sensibilidad y de saber estar, también. Noble es el campesino, el pescador, el minero, el albañil... digno. Innobles son muchos ricos que vemos en revistas y en programas de televisión. Innobles, ridículos y mostrencos que , a diario, confunden todo sin pudor.
Nobles por naturaleza, ricos y pobres, os aconsejo hacer todo lo contrario de lo que dicen y hacen aquellos, lacra social de dificultoso arreglo. En cierta ocasión, una persona " noble de sangre" e innoble de corazón me dijo : Cuando se ha perdido el patrimonio, se ha perdido todo. Retrató su absoluta carencia de nobleza verdadera, que Dios perdone su error. Yo lo perdoné y saludé en una reunión familiar con respeto y sin admiración. Sí, con conmiseración.
La educación superficial requiere unas formas protocolarias de aprendizaje fácil, está al alcance de cualquiera. La educación profunda, un fondo de nobleza que puede encontrarse en miembros de cualquier grupo social. No necesita aprendizaje. Se siente. Es la nobleza, educada en profundidad y auténtica, la que permite que las sociedades mundiales no hayan ido al traste. El mundo subsiste gracias a este conjunto de personas que, en un platillo de la balanza, contrapesan al otro, cargado de gente vulgar y ominosa, de mayor número y peso. Protejamos y cuidemos a las minorías de la zafiedad de las mayorías. Elijamos a los hombres por su nobleza de corazón para el desempeño de funciones. Lo demás vendrá por su propio peso. Escojamos a los hombres de oro, de plata o de culquier otro metal noble sean del origen que sean. Todo irá mejor, aunque tengan limitaciones. Los vulgares sirvenparatodo también las tienen. A la vista están.
De la palabra nobleza cito dos acepciones. Una : Cualidad de noble. Otra, muy sociológica :Conjunto o cuerpo de los nobles de un Estado o región.
De las anteriores definiciones se concluye que las palabras noble y nobleza tienen acepciones de origen semejante y no siempre convergentes. Una se acerca al concepto de virtud, entendiéndola como integridad de ánimo y bondad de formas de vida. Sería la nobleza de corazón, comportamientos y sentimientos. Nobleza carente de privilegios, de leyes privadas, y que se puede encontrar en cualquier persona sea del origen que sea. A ella se tiene acceso tan sólo mediante formas de comportamientos ejemplares. Sería la verdadera nobleza de raíces profundas y demófilas.
Otra es la nobleza, sociologicamente hablando, institucionalizada en todas las comunidades, sociedades y culturas desde que el hombre empezó a vivir en comunidad y los trabajos a diferenciarse; desde que se socializó.
El individuo que, en un sentido o en otro, destacara por virtud o comportamiento que favoreciera al grupo, a la comunidad, de manera transcendente ; léase intermediario entre lo físico y lo metafísico o espiritual ( brujo, chamán, sacerdote...) , léase como protector principal del grupo, bien defendiéndolo o ampliando su campo de acción ( guerreros), léase inventando algún avance técnico que repercutiera en el bien común ( filósofo, sabio, artista...) , pasaba a disfrutar de una consideración especial por el resto de los componentes de su comunidad, fuese ésta más o menos numerosa. Después, tal vez, viniesen las envidias.
Vemos, así, como alguien virtuoso y con creatividad cuyos hechos favorecen, sobremanera, al bienestar y progreso de los demás, pasa a ser miembro distinguido y respetado por el grupo. Se convierte en hombre superior debido a los beneficios que consigue para sus iguales. Hacia él se materializa el agradecimiento otorgándosele determinadas ventajas de las que sólo él y sus descendientes disfrutarán, una ley privada o privilegio. Al considerarse que las virtudes, valores o habilidades demostradas por el individuo, ventajosas para el grupo, se transmiten por los genes, los descendientes de éste pasan a gozar, por herencia genética, del mismo respeto y admiración que el autor del beneficio por parte de los demás componentes de la sociedad. Se transpasan a sus hijos, nietos, biznietos... El agradecimiento es, por consiguiente, vitalicio y post mortem.
Si se trata de beneficio de gran envergadura, el cuerpo social tenderá a considerarlo como jefe, como poderoso, en la comunidad. De aquí a la realeza no hay más de un paso. A la nobleza, no más de dos o tres.
En lo referente al sabio individuo que ha canalizado las inquietudes espirituales del grupo, lo mismo se puede decir. De aquí al jefe religioso, otro paso. Para la sociedad, uno, el rey, y otro, el chamán o sacerdote, pasan a convertirse, por agradecimiento democrático, en los mejores del grupo. En cuanto tales, detentarán el poder y el gobierno de los demás. Aparece, de esta guisa, la aristocracia, es decir, el ejercicio de las funciones de mando por parte de los mejores de la sociedad, que paulatinamente y por motivos que al caso no vienen, tenderá a ir jerarquizándose en escalones o estados. Se trata de un fenómeno poíticosocial ecuménico que, en lo que a las sociedades europeas concierne, formará los estamentos sociales, ya propugnados por Platón en su República, característico del llamado Antiguo Régimen europeo hasta la Revolución Francesa.
Nítidos aparecen los tres estados . Los oratores rezan por la comunidad y la defienden espiritualmente de peligros y acechanzas externas e internas. Como moneda de cambio por este sevicio, que sólo los oratores están capacitados para llevar a cabo, serán mantenidos y abastecidos, si bien es cierto que unos con mayor abundancia que otros, por los que trabajan y laboran para ellos, los laboratores. Éstos darán pan y no dirán tonto a los oratores que los guiarán por los caminos rectos de los dioses. Alimento y buena vida a cambio de salvación y vida indigente.
La relación entre laboratores y bellatores se basa, asimismo, en el do ut des ; en el intercambio de funciones. En este campo, los laboratores ofrecen manutención y reciben garantías de seguridad vital ante el enemigo, por lo general exterior. Los bellatores ( guerreros) defienden al cuerpo de productores, al llamado tercer estado o laboratores.
Así, cada estado o estamento ejerce sus funciones dentro del orden establecido desde muy antaño; sus oficios. Religiosos unos, militares otros, laborales los más. Sutiles los oficios religiosos, peligrosos los guerreros, seguros pero de extrema dureza los de los laboratores. Todos contentos y la alianza poder religioso con poder político triunfa en la realidad y en la ficción. Incluso los laboratores eran privilegiados dentro del sistema establecido, aunque su ley no fuese privada sino general y común. Sus privilegios consistían en no tener la obligación de pensar en su salvación, mejor en nada, ni de defenderse de los peligros exteriores. Oratores y bellatores los eximían de tan onerosas cargas. Un mundo feliz en el que bellatores y oratores, unos más que otros, eran nobiles, bien vivían, y la mayoría de los laboratores, innobiles, malvivían. Sobran matizaciones. El lector es sabio.
A la cabeza de los nobiles ( bellatores y oratores) el gran jefe, el rex ¿ cómo no?, gratia dei. La gran alianza de poderes en la que, a veces, saltaban chispas por la hegemonía. El docto lector conoce el chisporroteo. No divago sobre él y voy al meollo de lo tratado.
Mutatis mutandis el concepto inicial de nobleza que con prístina claridad nació asociado a la persona que destaca, con provecho, entre sus iguales, degenera y se empobrece perdiendo su idiosincracia virtuosa. Noble es, ya en época clásica grecorromana y en la medieval, el hombre que vive con desahogo y largueza; entre ellos los mílites, los caballeros. Se ha degenerado el concepto virtuoso iniciático en lo que atañe a heróico, defensa del grupo en lo material , espiritual e intelectual y búsqueda de caminos de progreso. Si noble es considerado el poseedor de bienes que le permiten sobrevivir con desahogo e incluso lujo, es decir " noblemente", pocos pudieron alcanzar este status durante los tiempos pasados. Aceptemos el 10% de la población durante el Antiguo Régimen.
Si midiésemos la nobleza por el basto rasero del poder, mayor o menor, económico, hoy habría, gracias al progreso, cientos y cientos de millones de nobles en nuestro plutócrata mundo. Serían los nuevos ricos surgidos al amparo y a la sombra de la Revolución Industrial , hoy, ya, nobleza añeja. De dos siglos y medio. Los ricos procedentes de las novísimas revoluciones y de la especulación del ladrillo y otras aún peores, nobleza de nuevo cuño.¿ Los descendientes de rancios linajes de bellatores medievales o de grandes señores y títulos europeos?. Respondo. Los que heredaron títulos y patrimonio formarían la antigua y " verdadera" nobleza. Mas, ¿ dónde encajamos a los descendientes que, de la misma sangre y origen, no heredaron patrimonio y título?. En el Antiguo Régimen eran los hobereaux franceses, la gentry inglesa, los hidalgos castellanoleoneses, los infanzones navarros y aragoneses, los ... Quizá podamos encajarlos en el grupo de lo que , hoy, se llama gente bien o gente fina. ¿ Gente buena, gente noble?. La sangre, los genes, pueden marcar. No siempre lo hacen. Personas nobilísimas se pueden encontrar, en el verdadero sentido de la palabra noble, en todas las clases sociales y, en todas, gente sin nobleza
( snob). No es necesario que una ejecutoria de ascendencia nobiliaria se posea para tener comportamientos propios de persona noble. Si se posee, mejor que mejor. En este caso, los genes habrán cumplido su obligación. No obstante, insisto, la condición derivada no siempre se cumple.
¿ Qué es, por tanto, nobleza?. ¿ Quién puede ser considerado, en la actualidad, persona noble ?. Intento explicar las interrogantes planteadas, desechando el tópico y provecto sentido de los términos noble y nobleza, tan manidos, malentendidos y utilizados a lo largo de los tiempos. Separemos las ovejas churras de las ovejas merinas, tomando el rasero de la única nobleza, la de comportamientos y sentimientos, la de corazón, la de verdad. Consiste ésta en un comportamiento magnánimo, con arreglo a las posibiliades de cada uno, acompañado de respeto y consideración al prójimo aunque éste sea de opiniones y creencias distintas a los nuestras. Consiste en la defensa de la justicia natural, cuando se producen roces entre semejantes, y en apoyo, siempre al débil y no al poderoso, si hay duda sobre quién lleva la razón. Consiste en capacidad de perdón ante los errores ajenos y en ponerse en lugar del otro para intentar comprender, con transigencia, sus acciones. Consiste en ceder, sin abdicar, nuestros principios y derechos. Consiste en que estos principios sean acordes con los valores eternos : Humildad, caballerosidad, franqueza, agradecimiento, sinceridad, lealtad, fidelidad, honradez, espíritu de sacrificio y de servicio, coherencia en el decir y obrar ... Si estos valores eternos van acompañados de cultura, mejor que mejor. Si desde tiempo inmemorial, aún mejor. Entonces, a más de nobleza se tendrá clase.
Para nada, en estas consistencias, aparece el dinero, el poder económico, como algo relacionado o consubstancial a la nobleza. En caso de asociarlo o relacionarlo tendríamos que considerar nobles a todos los deportistas de élite, cuyos emolumentos asustan, a los ricos cuyos dineros proceden de especulaciones con el ladrillo o cosas mucho peores y a tantos y tantos snob ( sine nobiliate ), que todo confunden y , a los que, si se tiene perspicacia mínima, se les ve el plumero de flores de plástico.
Dice un refrán castellano : Si quieres saber quién es fulanillo dale un destinillo. La prepotencia lo delatará. La falta de sensibilidad y de saber estar, también. Noble es el campesino, el pescador, el minero, el albañil... digno. Innobles son muchos ricos que vemos en revistas y en programas de televisión. Innobles, ridículos y mostrencos que , a diario, confunden todo sin pudor.
Nobles por naturaleza, ricos y pobres, os aconsejo hacer todo lo contrario de lo que dicen y hacen aquellos, lacra social de dificultoso arreglo. En cierta ocasión, una persona " noble de sangre" e innoble de corazón me dijo : Cuando se ha perdido el patrimonio, se ha perdido todo. Retrató su absoluta carencia de nobleza verdadera, que Dios perdone su error. Yo lo perdoné y saludé en una reunión familiar con respeto y sin admiración. Sí, con conmiseración.
La educación superficial requiere unas formas protocolarias de aprendizaje fácil, está al alcance de cualquiera. La educación profunda, un fondo de nobleza que puede encontrarse en miembros de cualquier grupo social. No necesita aprendizaje. Se siente. Es la nobleza, educada en profundidad y auténtica, la que permite que las sociedades mundiales no hayan ido al traste. El mundo subsiste gracias a este conjunto de personas que, en un platillo de la balanza, contrapesan al otro, cargado de gente vulgar y ominosa, de mayor número y peso. Protejamos y cuidemos a las minorías de la zafiedad de las mayorías. Elijamos a los hombres por su nobleza de corazón para el desempeño de funciones. Lo demás vendrá por su propio peso. Escojamos a los hombres de oro, de plata o de culquier otro metal noble sean del origen que sean. Todo irá mejor, aunque tengan limitaciones. Los vulgares sirvenparatodo también las tienen. A la vista están.
1 comentario:
Soy compañero de Arcadio Pedro Moreno Rodriguez-Buzón. Hice todo el bachiller con él en el colegio Santo Tomas de Aquino de Sevilla. Estoy interesado en contactar con alguno de sus hijos. ¿Podria facilitarme alguna seña o telefono?. Muy agradecido.
Jose Navarro
navarropsenior@hotmail.com
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