La humanidad es tan ... tan. Tan tan tan que cuando no comprende o comparte puntos de vista , los excluye , los infravalora y los margina. Lo afirmo porque he padecido a más personas así de la cuenta. De la mala cuenta que cuento . Allá ellos con sus rigideces , sus carencias y su ausencia de sentido de humor salvador. No todos los temas o los escritos han de tratar asuntos tan feísimos y áridos como son los de economía o política actual , o pasada , o tan trascendentes como los de amor , vida o muerte que es hacia donde nos dirigimos desde que nacemos tras habernos enfrentado unos con otros más o menos veces. Mientras menos mejor.
Doy por supuesto que escribir aquí la pequeña gira que ayer hicimos mi mujer , Carmen-carminis ; mi hija , Carmen-filia ; y yo , el escribidor Wilhelmus Alvarinus Toletanus , es cuestión de desinterés general. Y cierto es aunque para nosotros , los precitados , fuese una gira que resultó agradable en altísimo grado. Una gira provinciana en el buen sentido de la palabra provinciana en la que pasamos un rato enfrascados en la frescura de la ribera del río Majaceite tan boscoso como bosqueño y tan gaditano como serrano en su curso alto. Bonito nombre el de Majaceite , tanto como los otros nombres con los que se conoce el río : río Gaudalcacín o río de El Bosque entre ellos.
Hace años hicimos , en aquella ocasión vino también con nosotros un Wilhelmus Albanus , nuestro hijo varón , niño de siete u ocho años por aquel entonces . Ayer lo echamos de menos al hoy trovador y escritor de buenas músicas y buenas letras al que , por naturaleza paterna , le deseo los mayores éxitos en el mundo de la canción y en su vida. Qué me gustaría que se abriese buen camino en sus cosas aunque yo alcance a ver este buen camino o haya emprendido ya el camino de irás pero no volverás. No volveré al mundo material en el que vivimos pero tal vez , ojalá , a otro cuyos caracteres desconozco. Lo que no querría de ninguna forma es darle un susto a él ni a nadie haya compartido ideas con ese nadie o no ; y se trate este nadie de un don nadie o se creyese un don algo ante los que es frecuente y necesario ponerse en guardia.
Caminamos por las veredas abiertas entre el follaje de la vegetación y las aguas claras , saltarinas y trucheras de el Majaceite , durante una hora más o menos , disfrutando de la naturaleza . Tras el andar , descansamos y descansando , sobre todo yo , estábamos cuando por el ribazo en el que nos hallábamos apareció una pareja de personas que se distinguía del resto de las que habíamos visto con anterioridad en edad y en otras cosas. Se distinguían porque eran personas distintas , no solo por edad , a las que nos habíamos cruzado al caminar. Temimos que el hombre , el señor , fuese a tropezar con algunas raíces o piedras de las que salpicaban el terreno y cayese al río . Ella , supimos que era su mujer con la que llevaba cincuenta y tres años casado , permanecía sentada en una laja y lo observaba. Debieron darse cuenta de que los mirábamos con simpatía porque él se nos acercó e iniciamos una conversación interesante ( no todas lo son ni mucho menos ) durante la cual nos pusimos al día y al tanto de cuestiones variadas. No doy apellidos de la pareja , aunque tarjetas nos intercambiamos , por delicadeza y respeto hacia quienes eran delicados y respetables al máximo. Quedaron en llamarnos cuando vinieran a Cádiz , ciudad a la que suelen venir aunque vivan en Sevilla , y los esperamos con la ilusión y ganas con las que siempre esperamos y recibimos a las personas claras cuya claridad y buen comportamiento no admite dudas. Tras despedirnos y subir una cuesta , volvimos al pueblo y almorzamos en la terraza de un restaurante como buen colofón a nuestra gira por las serranías gaditanas que tanto nos gustan por ser bonitas. Muy bonitas. El , de ochenta y siete años , se llama Pedro. Ella , sevillana , Pili . La entrada , para algunos , tal vez sea frívola e inane o las dos cosas a la vez. Para mí de ninguna manera dadas las cosas de las que hablamos las dos cármenes y yo durante el paseo por la orilla del río y con nuestros amigos en el ribazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario