Algunos no se la colocan ante sus faces . Son incómodas, dicen , pero es lo que se dicta , digo yo . La distancia que se debe respetar entre un ser y otro , tampoco se guarda . Dos recomendaciones que no se cumplen por parte de algunos . Argumentos pueden existir por miles para defender el incumplimiento de lo establecido , pero en juego hay mucho y el tío Paco puede venir con la rebaja.
Ojalá no lo haga, porque si lo hiciese la situación superaría lo catastrófico y no sé hasta qué lugar llegaría.
En la Grecia clásica se colocaban máscaras los actores de las tragedias y de las comedias que se representaban en los teatros . En la actualidad , casi todos nos las deberíamos poner se sea cómico o no. Un hombre una mascarilla resulta tan válido como decir un hombre un voto. Sin entrar en los distintos tipos que hay de ellas , sean caseras o industriales, lo cierto es que se deben poner ante nuestros rostros para , en algunas ocasiones , pasar algo más desapercibidos aunque no sea cuestión de apercibimiento sino de seguridad ciudadana .
Más de una vez me he quedado con ganas de decirle a alguien , que no la llevaba o la llevaba en la mano , que se la ponga en su sitio ya que portarla en la muñeca o el antebrazo sirve de poco . No lo he hecho porque no es de mi incumbencia. Otros hay que lo deben decir y no el escribidor . Sería como pedir peras al olmo.
Lo de la distancia de seguridad es todavía peor . Caminando se me han echado encima , hablo con máximo conocimiento de causa , otros paseantes . Los esquivo y continúo mi paseo matutino como si tal cosa tras haberlos sorteado .
Eses de borracho debo hacer, obligado por otros , en mi caminar. Incluso yo mismo , al despistarme , me he lanzado contra alguien como si fuese un cohete .
Y así un día y otro día hasta que Dios quiera y el covid - 19 se vaya a la gran puñeta o vuelva a azotarnos con la misma gravedad de antes o aún mayor .
Poco se sabe de él . Pongámonos las mascarillas y guardemos , por el bien de todos , las distancias entre unos y otros . No hacerlo es una barbaridad próxima a la monstruosidad .
Una vez afirmé que no se debiera opinar sobre el coronavirus , hoy escribo , empero , sobre él porque las normas se incumplen por parte de algunos . Por más de la cuenta .
6 comentarios:
Ya no hay excusas...ya estamos informados, algo imperdonable por nuestra parte...la mascarilla es incómoda, mucho más cuando el termómetro sube... pero cuando los demás incumplen más votivo para llevarla.
Intento no bajar la guardia, por la cuenta que me trae ...la prevención es lo único que está en mís manos.
Cuídate 😉 Guillermo... BESOS
DICES MUY BIEN , MARÍA JOSÉ .
UNA ABRAZO Y MUCHAS GRACIAS POR TU COMENTARIO .
GUILLERMO .
Pues sí, es desolador comprobar la falta de compromiso de mucha gente, que no sé si es capaz de comprender que muchos han pagado con su vida este asalto de la enfermedad, y que el sacrificio hecho, podría no servir para nada.
Una mezcla de campaña de mentalización, que brilla por su ausencia, y de equilibradas sanciones para los incumplidores de la ley, que parecen brillar por lo mismo, a juzgar por determinados comportamientos que se repiten, quizás sirvieran para manternernos hasta que con algún remedio esta pesadilla cese.
Un saludo.
RESPONDÍ DANDO LAS GRACIAS A DESDELATERRAZA POR SU COMENTARIO . NO SÉ A QUÉ SITIO LO HABRÉ MANDADO .
OTRO SALUDO Y MÁS GRACIAS .
GUILLERMO
tenes razon pero aqui si el presidente no la lleva la gente imita al presidente
Un abrazo enorme
GRACIAS , RECOMENZAR , Y OTRO ABRAZO COMO EL TUYO .
GUILLERMO
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