Aunque, como todo el mundo,tuve dos abuelos,abuelo sólo llamaba a uno: al paterno, , a Joaquín .Al materno lo llamábamos, todos los nietos, papápepe.Mi abuelo Joaquín, a quien dicen que me parezco en lo físico y en lo químico,era hombre de paz. Transigente, abierto,comprensivo.Solía pasearme con él por las calles del centro de Sevilla y tenía paciencia de santo cuando yo me paraba en los escaparates de las jugueterías.En mis años de estancia en los Escolapios, iba , diariamente , a almorzar a casa de mis abuelos paternos.El colegio estaba cerca pero , a mediodía, a la salida,solía recogerme.En cinco minutos estábamos sentados en la mesa para comer.Para él la comida era un acto ritual,precedido por el lavado de manos y terminado con el mismo ritual.La hora del almuerzo era sagrada.Lo recuerdo vestido siempre con traje de chaqueta obscuro,camisa blanca y corbata negra.Serio, cariñoso y muy agradable.Aunque de carácter distinto a papápepe,mantenían una relación cordialísima.Creo que sus formas de ser se complementaban.A los dos quise igual. Yo disfrutaba oyéndolos hablar de toros o de cualquier cosa.Me encantaba acompañarlo a las tiendas de ultramarinos.Era cliente de casa Marciano en la calle Puente y Pellón de Sevilla, muy próxima a su casa de la calle Gerona.Los olores de casa Marciano alimentaban.Los buenos jamones colgados,los exquisitos quesos y las chacinas en general,desprendían aromas más atractivos que los mejores perfumes de París.A mi abuelo le gustaban tanto las buenas formas como las buenas comidas en la mesa.Disfrutaba comiendo.Aunque menos expresivo que mi abuelo Pepe,yo era,para él,su nieto mayor.Con él y con mi abuela Amparo,aún recuerdo la calle Imagen antes del ensanche y una tienda en cuya puerta había una vaca de cartón que, dándole en la cabeza,la movía de arriba abajo.Me extasiaba ante la vaca, mientras mis abuelos,con paciencia,esperaban que yo me cansase.Nunca fui pesado.Jamás me emperré ni encapriché con algo.Mi abuelo Joaquín,persona recta,discreta,formal,centrada,era un señor,un caballero desde los pies a la cabeza,siempre correcto y sonriente, de quien no recuerdo ni una subida de tono de voz,ni una mala forma con alguien.Hombre paciente y tranquilo desprendía serenidad.Con ella murió en su casa,cerca de su mujer,hijos y nuera, mi madre.Yo,aunque como más arriba dije,dicen que me parezco a él,no alcanzo su calidad humana.Soy menos paciente.Su caballerosidad fue oficialmente reconocida, al concedérsele la medalla al Mérito Agrícola.También, en su juventud,había sido cazador por los montes de Cazalla y me contaba que se había encontrado hitos, en el campo,que aún conservaban la siguiente inscripición : Mayorazgo de los Álvarez de Toledo.Me siento orgulloso de mis dos abuelos.Por Joaquín,empecé a tener nociones de la historia familiar. Hizo bien en iniciarme.
Papápepe me inició en el respeto a la naturaleza.Dos buenos maestros.
Con fecha posterior a la de esta entrada, hoy día 29 de enero de 2014 y gracias a mi hijo Guillermo , adjunto esta foto de mi abuelo Joaquín , muy joven , que me dio tía Lola Llach hace más de cuarenta años -
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