Que mantener actitudes optimistas ante los avatares de la vida es preferible , más sano , bajo el punto de vista psicológico , nadie lo duda. Las cancamurrias , los sinapismos y seres con altas dosis de pesimismo , parecen que atraen desgracias ; que son gafes con o sin gafas. Mas una cosa es ser agorero y otra , distinta y distante , mantener actitudes optimistas cuando no existen causas para ellas.
Me vienen a la memoria casos que están a la orden del día como los siguientes , tres por no citar más.
Uno es el del hombre , de la persona , que pierde su empleo y sueldo y se encuentra , de la noche a la mañana , con lo puesto y a ver qué pasa ante tan poco envidiable situación teniendo familia que mantener.
El optimista tontorrón tratará de ayudarle diciéndole que así podrá buscar otros caminos en su vida y conocer otros trabajos . ¿ Cuáles ? , dirá el damnificado.
Otro es el caso de la persona a la que le diagnostican una enfermedad terminal. En este supuesto , el optimista tontorrón , por citarlo de manera suave , le dirá que así podrá experimentar vivencias nuevas y fortalecer el carácter luchando contra la adversidad. Que conocerá realidades distintas ( tal vez las últimas argumentará el diagnosticado con toda la razón ) de la vida y del mundo.El enfermo , sea más creyente o menos y sea más inteligente ( lo que es probable ) que el optimista medio lelo ( así está mejor ) que lo anima a ver la cosa color de rosa cuando es negra como el cordobán , pensará para sus adentros que su vida material se acerca al fin y con dignidad tratará de hacer frente al toro para torearlo como un buen amigo de mi abuelo Pepe Pineda le dijo hallándose éste en el lecho de muerte : ánimo Pepe para torear al toro. Diego Giménez , que así se llamaba aquél amigo de mi abuelo sí que era un hombre optimista e inteligente. De verdad y sin pamplinas y tan aficionado a los toros como él. Y creyente.
El tercer caso es el del hijo de un conocido , quien tras caerse su padre y darse un golpetazo, más que considerable , grave , en la cabeza , a raíz del cual tuvo que permanecer en la UVI con el sentido perdido y durante diez días debatiéndose entre la vida y la muerte , no se le ocurre decirle otra cosa que esta : papá , piensa que ha sido una prueba de Dios. El padre del optimista positivo , del memo , no sé qué le respondería a hijo tan perspicaz y religioso , pero seguro que se acordó de su mujer ; de la madre de su hijo , que sí que es santa e intercediera , de verdad,para que el milagro se produjese. La mujer del accidentado es realista , resignada , religiosa , inteligente y razonablemente optimista. Hay optimistas compulsivos que lo que son lo digo : unos seres sin moral o sin ética . Que elijan entre estos dos vocablos el que más optimista o positivo quieran considerar. Es probable que carezcan de una y de otra.
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