EN LA PROVENZA CON CLAUDIA , PREPARANDO LA CONFERENCIA.

Claudia , la hermana de padre de Arturo , sigue tan hospitalaria como el primer día. Tras enseñarnos los indiscutibles atractivos de la ciudad e insinuarnos los suyos , que muchos son , nos ha acompañado hasta las playas de Marsella en cuyas aguas hemos jugueteado y nos hemos bañado. Tiene unos bañadores preciosos y mínimos que nos ha mostrado sobre la arena. Tras cada baño , cambio de bañador y , tras cada baño , bañador más pequeño e insinuante. Parece mentira que el señor Ussía se empecine en llamar traje de baño a lo que no es se mire por dónde se mire y bien que miramos todos y los admiramos , mi primo y yo , en las arenas de la Provenza , la colección que , entre coqueteo y coqueteo , nos mostró la monísima Claudia que ya estaba morenita de escapadas anteriores a la costa. Morenita y cada vez más apetitosa. Intentaremos seguir controlando nuestros apetitos a pesar de la disminución progresiva del tamaño de los tangas que preludian desnudos completos. Ya nos ha dicho que como más cómoda se siente y se sienta es desnuda. Sintiendo la naturaleza rozar su piel de seda y las caricias de hombres , sobre todo de hombres españoles aunque les lleven más de veinte años. Otra insinuación y van no sé cuántas . La cosa se estaba poniendo que ardía cuando se nos acercó un gendarme y nos pidió la documentación a los tres. Claudia le dijo que estábamos preparando la charla coloquio que daríamos en Avignon , en el Palacio de los Papas , sobre nuestro viaje a Marte y el agente de la autoridad , no muy convencido pero embobado por la gracia de Claudia, nos dejó en paz y , tal vez , primero uno y después otro , en gloria. En la gloria que es estar con Claudia . La cosa está que echa fuego pero Toleti fideles sumus. No sé que terminará haciendo mi primo porque la tiene en bandeja de plata.Esto sí , Mari Casti , también es monísima y él la quiere , y mucho. Yo , cuando volvamos a Avignon , seguiré dando los últimos retoques a mi conferencia que es para lo que he venido a la inolvidable ciudad que albergó el Cisma de Occidente y que no fue francesa hasta el año 1791. Espero no caer en la tentación que nos tienta como cayeron los Papas avignonenses.