MI TELESCOPIO Y MI PIPA ( PEDIDOS A LOS REYES ) Y DOS PERSONAS QUE MUCHO DEJAN QUE DESEAR

Vienen los reyes a traer los regalos pedidos. Por mi parte , un telescopio para observar los astros y las estrellas del Firmamento porque en el planeta azul , a simple vista , veo pocos astros y pocas estrellas. Veo sombras y obscuridades , pocas luces. Con mi telescopio las buscaré en el cielo donde espero que haya más que en la Tierra. Aquí , casi por todas partes , veo cosas que me gustan poco y , acaso por eso , mi inconsciente me lleve a mirar en otras direcciones cósmicas. En direcciones que no sean las manoseadas por los hombres , carentes de razón en tan elevado número. Cuántas sandeces veo , oigo y palpo en el mundo circundante .  Mucho tiempo llevo oyendo pontificar al primero que le ponen un micrófono o papel y pluma por delante sobre la que llaman crisis , sobre la educación , sobre la economía, sobre la política , sobre la religión , sobre lo divino y lo humano . Hace unos veinte años o más recibí , en casa , la visita de uno de los representantes de la estupidez humana llevada al extremo y , tras oirlo y ser hospitalario , como mandado está, con el individuo y soportar las necedades que decía con paciencia de santo , me atreví a hacerle un comentario sobre las barbaridades que exponía sin ton ni son . Intentaba hacerme comulgar con ruedas de molino y , ante mi razonada crítica a sus ideas , si así podían llamarse , me respondió , saltándose todas las normas de una mediana educación a la torera y atentando a mis creencias y pensamientos más íntimos de forma grosera , que concluía que yo pensaba que sus palabras y sus ideas eran memeces. Le respondí lo siguiente : creo que el noventa por ciento de los dichos y hechos de los hombres son tonterías. Después , tras apurar la copa de buen vino que le había ofrecido , lo acompañé a la puerta. Creí que ya no insistiría más en las cuestiones de las que me había hablado. Ingenuo de mí. Pasados los años , de forma inesperada y sorprendente , volvió a abordarme.Seguía en sus trece y radicalizado. Con la misma cara dura que le recordaba e intentando lograr de mí lo que no podría lograr nunca : que compartiera su caótica visión del mundo. Con paciencia lo disuadí de su intento , pero el hombre siguió insistiendo. Para quien no tiene vergüenza todo el monte es orégano y suyo. Los sinvergüenzas son tan abundantes como insaciables en sus apetencias. Tan montunos como zorrunos. Tan tunos como inoportunos. Tan detestables... Ayer , en Diario de Cádiz , leí una carta en la sección : Cartas al Director de uno de estos ejemplares. La leí a simple vista , sin gafas y sin telescopio. Cuánta sinrazón en aquellos cortos renglones. Cuánta soberbia en aquellas mal hilvanadas palabras prontas a convertirse en palabrotas. Cuánta manipulación de todo. Y se quedaría tan fresco y satisfecho de defender así a Dios. ¡ Por Dios !. Que el GRAN DIOS los perdone así como nosotros perdonamos a los que no saben lo que dicen. Los perdonamos pero mientras no les seamos necesarios para beneficiarlos en algo , que nos olviden los mal iluminados y me dejen mirar por el telescopio que le he pedido a los reyes fumando la pipa que , supongo , me traerán ...  La realidad es bastante más compleja que lo que muchos obtusos creen.¡ Pobres hombres !