No hace mucho , una semana más o menos , almorzó en nuestro restaurante una pareja empericuetada en exceso ; algo barroquizante en sus vestes y enfática en sus decires que , desde lejos , supuse que se trataba de pareja de cursilones de las que tanto abundan en todos los medios reales y virtuales. A pesar de sus ternos que tanto revelaban , su ausencia de clase verdadera no escapaba a cualquier observador perspicaz aunque intentaran darse de gente educada por naturaleza desde tiempo ha . Cuatro generaciones , como mínimo, son necesarias para acostumbrarse a determinadas formas de comportarse sin que el pelo de la dehesa o de lo cursi aflore por un lado u otro , dicen los expertos en el tema y creo que con razón. ¡Qué ridículo resulta intentar salirse del tiesto !.
La pareja , Pololo y Pilula , se presentó ( habráse visto cosa más ridícula ) como marqueses de NESTLË , siendo su escudo un bombón Hablaron y hablaron ( según me comentaron las camareras que los atendieron y Arturo Pérez ) sobre gente que sale con frecuencia en las revistas sociocardíacas y que tan amiga es de ellos. Ninette Nantes , una de nuestras colaboradoras , me comentó que Pilula , marquesa de Nestlé , lucía en su dedo propio y apropiado , casi sobreponiéndose a su alianza , un sello anular en el que destacaba una piedra , al parecer preciosa , de color marrón chocolate que representaba un bombón ,. Sin duda el del marquesado concedido a su suegro por habilidades chocolateras más o menos finas. Finura chocolatera puede ,o no , ir acompañada de finura de espíritu. Aunque Pilula y Pololo estaban , aunque no fuesen conscientes de ello , tan alejados de la verdadera clase que , a veces , da la pertenencia a viejas y tradicionales familias nobiliarias , presumían de pertenecer a ella y echaban los caballos encima al primero que se acercaba. Sus expresiones y modales imitaban a la gente que ellos creían que tenía clase sin comprender que la clase se tiene o no se tiene. Se siente o no se siente , pero jamás debe imitarse ya que la imitación indica carencia de autenticidad
Insoportable era la pareja que , creerá , nos honró con su presencia. A nosotros nos honra , y mucho , la visita de gente con clase de verdad , amena , simpática , culta , natural y con educación mamada y heredada desde hace siglos , mientras más siglos mejor ; no estos advenedizos a los que no hay quien soporte aunque por educación los soportemos. No obstante también hay gente de todas las características en todos las clases , grupos , subgrupos y grupúsculos sociales. Gente idiota hay en todas partes y por todas partes. Gente ordinaria también. Gente como Dios manda, la menos. La minoría selecta de corazón y de espíritu que si es culta , naturalmente educada y de orígen prosapión , mejor , es esto : MINORÍA. Lo bueno no suele ser , aunque debiera serlo , mayoritario. La realidad , aunque duela , es así. Ojalá algún día la mayoría fuese ejemplar en todo. Y más insoportables que los marqueses de NESTLË en cuyo escudo destaca el bombón comentado, los hay. Conozco muchos casos bastante peores. Los que se avergüenzan de sus orígenes humildes y los que no saben digerir estos orígenes hasta el punto de amargarse la vida fingiendo esto o lo otro. Pobre gente la que no sabe vivir acorde con sus orígenes y circunstancias reales en vez de aprender y estar agradecidos de su subida de un peldaño , por leve que sea , en el escalafón sociológico.
Qué bonita es la naturalidad si va acompañada de finura de espíritu se tengan los orígenes que se tengan. De finura de espíritu , de simpatía y , si es posible , de cultura. Entonces , lo demás aparecerá por añadidura se sea negro , blanco , mulato o del color que se tenga la piel. Bajo ella estarán los valores o no , pero , en este caso , el color es lo de menos. Lo de mayor importancia son otras cosas entre las que lo cursi , lo afectado , lo presuntuoso, lo obtuso y lo estúpido , sobra. Acompañé a los marqueses de Nestlé a la puerta y les presenté a John Tames quien besó la mano a Pilula . Cuando se alejaron , me comentó el antiguo bobby en un castellano ya bien hablado : QUÉ PAR DE IDIOTAS. Pues sí , John , le dije. Tanto como algunas parejas de botellines parlanchines .
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