Por mi cargo de relaciones públicas y orientador en El Reclamo del Gourmet , me tocó la difícil tarea de actuar como juez en la elección de quiénes serían las camareras que habrán de trabajar en el restaurante durante las bajas , por maternidades , de nuestras queridas Ninette y Pepa o Pepa y Ninette si las citamos considerando sus años respectivos de nacimiento. Pepa le lleva dos meses y cuatro días a la francesa aunque ésta sobrepase en dos centímetros la talla de la sevillana Pepa. La talla , el talle y otras medidas corporales que no especifico porque a buen entendedor pocas palabras bastan.
Cincuenta señoritas y otras tantas señoras jóvenes acudieron a la entrevista de trabajo que don Justo de la Justicia organizó haciendo , como siempre, honor a su nombre , a su apellido , a su profesión y a su seriedad.
Sobra decir que entre las condiciónes requeridas y exigidas para el desempeño temporal de sus obligaciones laborales en El RECLAMO DEL GOURMET estaban las de ser monas , jóvenes , medir un metro sesenta centímetros sin tacones , como mínimo , defenderse en inglés , francés y alemán , a más de la bella y romance portuguesa , y hablar con corrección la lengua castellana y las regionales hispánicas. Título oficial expedido por alguna universidad nacional o internacional no era cuestión sine qua non. No obstante , las cien candidatas a los dos contratos cuatrimestrales eran , cuando menos , diplomadas y , cuando más , licenciadas o doctoras con varios masters en las mochilas o en los bolsos que , la mayoría de ellas , portaba.
Para cualquier hombre que lo sea resulta arduo elegir , aunque asesoramiento tenga como yo lo tuve , dos mujeres entre un ciento de ellas. A pesar de ello , la responsabilidad era mía y , tras dudar y dar noventa y ocho explicaciones dificultosas a las candidatas que tuve que rechazar como camareras temporeras sustitutas ( una explicación por belleza ) , me decidí por contratar a María De Guimaraes , la portuguesa , y a Fátima Cohen , murciana , de apellido y origen judío ; y nombre de pila árabe. Dos encantos de un metro setenta la primera y otro metro setenta y tres la segunda según me dijeron y yo creí porque no estaba dispuesto a comprobación física de un tipo u otro. Mi obligación consistía , solamente , en elegir a las dos mujeres mejores , en todos los sentidos , para el desempeño de sus labores como camareras temporeras.
Sí digo , que en mi elección peso tuvo la clase y preparación general que las electas demostraron a juego con sus respectivos doctorados en Historia , Literatura y Arte. Una señora y una señotita con arte eran María la portuguesa y Fátima la murciana. Encantados estaremos con dos personas tan encantadoras como Ninette Nantes y Pepa Sevilla a quienes vienen a sustituir. Ellas salieron encantadas con la entrevista. Las otras noventa y ocho , al igual monísimas y preparadísimas , seguirán , por el momento , en paro. En el paro que, digan lo que digan , caracteriza a la población española de un tiempo a esta parte.
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