Es Teresa una señora mayor a la que veo pasear , alboreando los días sin lluvia y sin frío , desde la terraza de mi casa cuando me asomo a ella para darle los buenos días al mar de Cádiz. . Teresa anda apoyada en su bastón y con un yorkshire terrier como compañero de paseo lento. Nunca el perrete se adelanta y siempre respeta el andar pausado de su dueña. Hace unos meses pregunté a un conocido por ella en cuanto que me llamaba la atención la asiduidad de sus paseos y el excelente comportamiento de su acompañante que , de vez en cuando , se rascaba con una de sus patitas sin alterar la marcha de su ama. Me llamaba la atención la constancia en el paseo de señora tan mayor y perro tan pequeño y respetuoso ; y el conocido me dijo el nombre de la primera. El nombre y algo más como que había superado los noventa años y tenía una hermana, mayor que ella , con alzheimer , con la que convive y a la que cuida. Vive hacia las afueras de la ciudad , medio kilómetro hacia la izquierda de casa , y nunca me la han presentado. No ha hecho falta porque hace un mes más o menos , la llamé desde la terraza a las ocho de la mañana por su nombre de pila . Buenos días Teresa , le dije , y Teresa, sonriente y feliz de poder ver el mar otro día más , me los devolvió con una sonrisa franca , inteligente y abierta dándome las gracias. Aunque algo encorvada , su oído es finísimo y su voz clara.
A partir de esa mañana , todos los días nos saludamos y , a veces , si Carmen está levantada , la llamo y se saludan. Algunos , acerco a Titín para que vea a Teresa pues sé que Titín es persona merecedora de saludar a Teresa y él merecedor de que Teresa lo salude y le de los buenos días. Hemos acabado siendo amigos de Teresa a quien le recomendaron que para seguir manteniéndose en forma tras sobrepasar su condición de nonagenaria y seguir valiéndose por sí misma , se comprara el yorkshire terrier como acompañante de paseos matutinos. Obedeció en cuanto que su mente , su mirada y su vista , no usa gafas , son claras. Teresa es una persona especial que pasea a diario cerca del mar y a la que hoy no he visto . Pienso y quiero creer que mañana , al alborear , la vuelva a ver. Será señal de que una persona admirable seguirá siéndolo. Le daré los buenos días y ella volverá a sonreir y a devolvérmelos con su voz clara mientras me dice que me había visto desde lejos. Casi nada. Espero que ni ella ni yo faltemos a la cita sin cita.
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