Aprovechando que estábamos de descanso , bajamos a la arena y , aunque hacía viento de levante , nos colocamos en sitio resguardado y hablamos. Habló sobre todo y sin sobretodo Godofrito Malagamba. El sobretodo , maldita la falta que le hacía a Godofrito aunque muy enfadado estaba con la mayor parte de los miembros de la comunidad en la que vive. Me expuso las razones de su enfado , justificadísimas , y , entre ellas , destacó a un individuo , bastanta añoso y sin la mínima delidadeza y educación como casi todos los que comparten el edificio que habita , que tiene por mala e indelicada costumbre presentarse en su casa a horas tan intempestivas ( para protestar de todo y por todo sin razón ) como en las que suelen llamar los extranjeros comerciales de telefonías ofreciendo servicios que nadie les ha pedido. Asaltando su intimidad sin la menor consideración. El individuo en cuestión , sin principios ni oficio conocido pero con tanto dinero como un torero o como un futbolista destacado en sus respectivas profesiones , es , según Godofrito , y para mí su palabra es la ley , quien le arañó su puerta del piso sin causa alguna ; quien le impidió un día la salida del garaje de su casa ( teniendo el coche aparcado ante el vado de salida ) respondiéndole ante su argumento expuesto con toda la razón que saliese en dirección contraria y quien , en las reuniones de la comunidad , propone las ideas más absurdas , horteriles y descabelladas que proponerse puedan. Para colmo , me dice Godofrito , es una papafrita carente de cualquier valor. Un papanatas y más cosas que me dijo Godofrito y que no expongo aquí por ser tan malsonantes o cacofónicas como justas en cuanto que yo conozco al individuo en cuestión y sé de qué pie cojea.
Intentando calmar el enfado justificado del señor Malagamba , porque Godofrito es un verdadero señor , le comenté que qué podemos esperar de unos españolitos a los que las autoridades políticas les ofrecen los ejemplos que les dan. Que el hombre no tiene límites en su torpeza , ambición , falta de auténtica educación y de clase; y que por eso mismo así ha sido la Historia , así se cuenta ésta y así nos va y , muy probablemente , nos irá en cuanto que las personas que actuan con coherencia , honradez , sinceridad y sentido del humor son las menos. Godofrito Malagamba me dio la razón y un ángel pasó mientras mirábamos el mar como Jorge Sepúlveda cantaba mientras las parejas de los años cuarenta y cincuenta bailaban soñando en el futuro de sus vidas y en otras cosas románticas que pocas veces se produjeron por culpa de los propios hombres. Una vez que Godofrito calmó su más que justificado enfado, volvió a reinar la paz propia de nuestras conversaciones si no nos la alteran los incontables hombres que son como al que Godofrito Malgamba aludía en sus dichos.Cumplo así mi obligación en lo relaltivo a mi oficio de orientador público de EL RECLAMO DEL GOURMET
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