Es de común creencia y consiguiente aceptación general el dicho , que no es hecho cierto como se podrá constatar , de HABLANDO SE ENTIENDE LA GENTE.
Pocas veces le gente se entiende hablando por múltiples motivos. Uno de ellos , el más evidente , es que pueden hablarse lenguas distintas que no conocemos y , entonces , se ha de recurrir al lenguaje o comunicación mediante gestos que no afinan mucho los matices de lo que decimos aunque existan personas muy hábiles en este campo de la comunicación gestual.
No obstante hay otras muy diversas circunstancias que impiden el entendimiento interpersonal . Saber escuchar lo que nuestro interlocutor afirma es una de ellas. La más de la veces los conversadores están más pendientes de mostrar y defender los argumentos de su aseveraciones que de oír lo que el otro diga o pueda decir. Las opiniones están prefijadas antes de que el otro exponga las suyas : falta de respeto y de educación se llama la figura. Suele darse la figura en el lenguaje que utilizan los políticos que nunca se hayan dispuestos a aceptar ideas o propuestas de los que defienden otras soluciones u otros puntos de vista ideológicos.
Hasta ahora todo lo escrito por el escribidor en el día de la fecha es tan evidente como sabido. No obstante hay otra manera en la que la gente , hablando el mismo idioma , tampoco se entiende . Se produce esto cuando las personas que mantienen una conversación no tienen la misma preparación cultural , los mismos orígenes sociales o , simplemente , grados de inteligencia o visiones de la vida y conceptos de ella distintos por unas causas u otras que pueden ser numerosísimas. Las conversaciones de esta guisa no llevan a entendimiento alguno sino , a veces , a distanciamientos y discrepancias mayores en cuanto que no se habla de igual a igual ni se tienen las mismas condiciones en lo relativo a cultura , conocimientos , respeto mutuo o , tan solo , sentido del humor y sensibilidades parejas.
Una forma que puede solucionar esta dificultad de entendimiento y comunicación interpersonal es ponerse la persona más sensible , educada y preparada a la altura de la inferior en estas cualidades y mostrar sentido del humor hacia ella teniendo la vista suficiente para que su humor no hiera las susceptibilidades que suelen caracterizar a la parte parlante y discente de la otra parte dialogante ; la inferior si cabe el término porque , tal vez en otros campos , los inferiores sean los superiores.
Haciendo uso de una palabra que nada me gusta ni utilizo : rebajándose ; humillándose que nunca viene mal para los soberbios y engreídos por tal o cual cosa pero que siempre será algo nimio en el cómputo general de las sociedades humanas. En cualquier forma , nunca sobrará ponerse en la piel y en las entendederas de la otra parte dialogante para entendernos . Pocas veces se hace y , de aquí , que pocas veces la gente se entienda hablando .
En pueblos y en ciudades he sido testigo de menosprecios y marginaciones porque fulanito de tal posee un determinado número de hectáreas menor que el de otro o . simplemente , tienda abierta de la que vive y no de sus rentas del campo. Y en la actualidad se sigue juzgando , valorando y considerando a las personas utilizando estos cánones y no otros de mucho más valor y enjundia que no hace falta especificar. Y así , por mucho que se hable , es raro que la gente se entienda hablando. En pueblos , en ciudades y en más lugares . En tantos que aquí no caben por magnitud . Hasta en Ucrania yendo lejos pero no tanto.
Wilhelmus Alvarinus Toletanus scripsit
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