Como es el colmo de la delicadeza así ha sido aunque nuestro trabajo nos ha costado convencerlo de que por ser hijo de negro , a pesar de su blanca palidez , nieto nuestro es ; y como tal lo tratamos aunque la gente , por lo general , no trate igual a blancos que a negros. Y es que hace frío , aunque los gaditanos digan que en Cádiz no hace frío sino humedad , de verdad . Tan de verdad como que la Luna es un satélite de la Tierra o que el sistema económico actual es un capitalismo puro y durísimo contra el que el nuevo partido llamado Podemos no podrá hacer nada porque no está preparado para hacerlo ni tiene capacidad para ello según mi modesta opinión.
A Titín se le ha preparado su cama con todo el cariño del mundo y ya no dormirá , hasta que el frío pase , bajo el techo de la terraza. Le dije que se dejara de exquisiteces y de delicadezas y que , en caso de no aceptar nuestra orden , más que sugerencia , cogería la generalizada gripe , cuando menos, y tendríamos que llevarlo al médico. Ante argumento de tanto peso terminó accediendo y aquí a mi lado está ante la insistente mirada de Emilú que , precisamente por lo desapacible del tiempo , huye de la terraza cual alma buena huye del diablo y solo está acostumbrada a verlo sentado en su sillón de mimbre ( como puede verse en la imagen que de él aparece en la red ) tras la cristalera de la terraza pues ella , Emilú , llegó a casa cuando ya era invierno.
Me dice que la gata Emilú es una friolera y dice bien en cuanto que piensa bien . Anochece sobre Cádiz y la tarde está desapacible como pronosticó el hombre del tiempo . Peor será la noche y el día de mañana , según , también , predicciones meteorológicas de las que no dudo como sí lo hago sobre el sentido de responsabilidad de políticos , financieros , y riquísimos hombres que viven sin considerar al prójimo sea blanco , negro o , como Titín , hijo de padre negro y madre blanca , pero sonrosado y con una pinta de guiri de caerse de espaldas. Y mientras Willy , nuestro lapin blanc , nos observa tras los barrotillos de su caseta , yo , Wilhelmus , pienso , entre otras cosas que no vienen a cuento , en la cerveza helada , a pesar del frío , que dentro de media hora o antes si se tercia voy a tomarme . En cosas que no vienen a cuento y que nunca debieron ni deberían suceder jamás.
Esta noche y probablemente las venideras , Titín no oirá desde tan cerca el romper de las olas en la playa de la Victoria.
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