Volamos hasta Lahore, segunda ciudad paquistaní y capìtal del Imperio Mongol a fines del sigo XVI, habitada , hoy, por seis millomes largos de panyabis y uno corto de mohajires. Ciudad monumental e impresionante en la que El DÍA DE MAÑANA ha decidido comenzar sus pesquisas , por mí dirigidas , sobre el crimen y muerte presunta de Laden. Nos hospedamos en el hotel Mirage ; bueno , muy bueno. Excelente servicios y servidores. El primer contacto lo tengo con una pareja de suníes , Amir y Ece, cuyos nombres significan Emir y Reina. Empiezo bien , por tanto , las indagaciones.
Amir me comenta, a través del traductor llamado Omar y que está en el ajo de la cuestión , que el asesinato fue cometido con alevosía y mala leche , con perdón , dice. Si es que en realidad era el señor Bin Laden el asesinado . Se inclina porque , en efecto, lo era.
Los americanos han violado las leyes de nuestra república islámica al ordenar, sin aviso ni permiso previo, que el comando se dirigiese hacia la casa en la que vivía Laden con su familia y un corto número de acólitos. Flagrante violación del derecho internacional al que, cuando les conviene, recurren tanto. Laden, que para mí y para Ece era un radical con especial inquina , hasta cierto punto justificada, hacia los yanquis por haberlo engañado y manipulado como a un títere, merecía , como todo bicho viviente, que lo era, un juicio internacional que lo hubiese , justamente , condenado a muerte. Indudablemente se la merecía , pero las formas, insisto don Wilhelmus, han estado alejadas de lo lícito y cortesano y , muy próximas a lo cutre y barriobajero. La manera de deshacerse del cadáver recuerdan a los torpes criminales que, con facilidad , descubría el detective inglés Sherlock Holmes con la ayuda de su inseparable e indispensable doctor Watson.
Me ha encantado la ecuanimidad de Amir y el bien saber estar de Ece, su mujer. Sin duda personas cultas y cleras para el Islám que saben admitir las formas de educación occidentales sin olvido ni menosprecio de las suyas . No se empecinan en el error como hacen los andaluces cuando pulirse y refinarse se les ofrece. El traductor, igual.
Quedamos citados para mañana y para emprender viaje a las costas del oeste de la India desde las que empezaremos, en el batiscafo que nos aguarda , la prospección del extenso Índico , con el único objetivo de hallar el cadáver de Bin Láden y las luces que en tan obscuro asunto pudiese aportar.
Con buenas impresiones, Wilhelmus Alvarinus Toletanus, reportero destacado en Paquistán , envía la primera crónica a la redacción de EL DÍA DE MAÑANA , sobre el crimen cometido sobre el criminal Bin Laden. Desde Lahore, con cariño, a todos mis lectores.
Amir me comenta, a través del traductor llamado Omar y que está en el ajo de la cuestión , que el asesinato fue cometido con alevosía y mala leche , con perdón , dice. Si es que en realidad era el señor Bin Laden el asesinado . Se inclina porque , en efecto, lo era.
Los americanos han violado las leyes de nuestra república islámica al ordenar, sin aviso ni permiso previo, que el comando se dirigiese hacia la casa en la que vivía Laden con su familia y un corto número de acólitos. Flagrante violación del derecho internacional al que, cuando les conviene, recurren tanto. Laden, que para mí y para Ece era un radical con especial inquina , hasta cierto punto justificada, hacia los yanquis por haberlo engañado y manipulado como a un títere, merecía , como todo bicho viviente, que lo era, un juicio internacional que lo hubiese , justamente , condenado a muerte. Indudablemente se la merecía , pero las formas, insisto don Wilhelmus, han estado alejadas de lo lícito y cortesano y , muy próximas a lo cutre y barriobajero. La manera de deshacerse del cadáver recuerdan a los torpes criminales que, con facilidad , descubría el detective inglés Sherlock Holmes con la ayuda de su inseparable e indispensable doctor Watson.
Me ha encantado la ecuanimidad de Amir y el bien saber estar de Ece, su mujer. Sin duda personas cultas y cleras para el Islám que saben admitir las formas de educación occidentales sin olvido ni menosprecio de las suyas . No se empecinan en el error como hacen los andaluces cuando pulirse y refinarse se les ofrece. El traductor, igual.
Quedamos citados para mañana y para emprender viaje a las costas del oeste de la India desde las que empezaremos, en el batiscafo que nos aguarda , la prospección del extenso Índico , con el único objetivo de hallar el cadáver de Bin Láden y las luces que en tan obscuro asunto pudiese aportar.
Con buenas impresiones, Wilhelmus Alvarinus Toletanus, reportero destacado en Paquistán , envía la primera crónica a la redacción de EL DÍA DE MAÑANA , sobre el crimen cometido sobre el criminal Bin Laden. Desde Lahore, con cariño, a todos mis lectores.
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