Las vestimentas con las que se suele ir a la playas españolas dicen poco de los españoles. No las describo porque buenas descripciones se han hecho del tema . Me acuerdo de algunos artículos de Arturo Pérez-Reverte y me sonrío. El mal gusto campa pancho y ancho en las arenas playeras hispánicas , mediterráneas y atlánticas , si bien algo influye en vestimentas , equipajes y comportamientos , la latitud de las aguas y tierras colindantes. Quiero decir que la cosa se suaviza a medida que la latitud es más norteña. Siempre el norte peninsular ha sido más distinguido , pienso que por mayor cercanía al corazón de Europa, que el sur. No sé . A lo peor esto no gusta dentro de Andalucía , mi tierra , pero es lo que pienso y digo.
Escrita esta opinión de un andaluz,con cuatro siglos y medio de andalucismo en sangre, que a diario observa lo que ante sus ojos aparece por cualquier duna u orilla de playa pública andaluza , voy a lo que voy.
Dias atrás bajé a la playa con mi atuendo playero de siempre : pantalón largo blanco , polo azul descolorido y unos zapatos usados que utilizo en vez de las feísimas cosas que gran parte de la gente se pone en los pies y que no sé cómo llamarlas. Bajé con mi silloncito plegable que más parece de caza y pesca que playero pero que es cómodo como él sólo y dispone de sitio para introducir la cerveza helada que, llegado su momento , saqué de la nevera de mano y bebí mientras me cubría mi ya poco rizada testa para protegerme de los rayos del padre sol con mi sombrerito . No gorra a la europea ni a la americana. Cremas , ni una. Dios sabrá lo que contienen. Como se suele ahora decir , soy hombre políticamente incorrecto , pero correcto.
Era el momento de encender mi pipa. Soplaba un fresquito poniente y estaba en la gloria acompañado por mi mujer. A unos veinte metros , distancia suficiente para que no nos molestásemos , una señorita tumbada en la arena se levanta y cambia de lugar mirándome de forma displicente. No se me va por alto el movimiento brusco con el que coge su ligero equipaje y lo traslada a unos diez metros a nuestra derecha. Capto que le habría llegado algo del humo de mi pipa y se habría sentido molesta. No se atrevió a recriminarme . Le hubiese dicho , en caso de hacerlo , que fumaba en pipa porque el tabaco de pipa , al no ser cigarrillo con filtro , no degrada ni ensucia la playa , lugar al aire libre en el que aún no nos ha prohibido el Estado fumar . ¡ Cómo se preocupa el Estado por nuestra salud y nuestro bolsillo ! . Siempre tengo en cuenta a los no fumadores pero aquella señorita no tuvo en cuenta , por sus exagerados e injustificados gestos , que los fumadores tenemos nuestro corazoncito . Ah , y jamás echo el humo en la cara de nadie . Extraños escorzos hago para evitarles humos a todos. Para humos los que algunos tienen sin tener chimeneas , no los de mis educadas pipas.
Escrita esta opinión de un andaluz,con cuatro siglos y medio de andalucismo en sangre, que a diario observa lo que ante sus ojos aparece por cualquier duna u orilla de playa pública andaluza , voy a lo que voy.
Dias atrás bajé a la playa con mi atuendo playero de siempre : pantalón largo blanco , polo azul descolorido y unos zapatos usados que utilizo en vez de las feísimas cosas que gran parte de la gente se pone en los pies y que no sé cómo llamarlas. Bajé con mi silloncito plegable que más parece de caza y pesca que playero pero que es cómodo como él sólo y dispone de sitio para introducir la cerveza helada que, llegado su momento , saqué de la nevera de mano y bebí mientras me cubría mi ya poco rizada testa para protegerme de los rayos del padre sol con mi sombrerito . No gorra a la europea ni a la americana. Cremas , ni una. Dios sabrá lo que contienen. Como se suele ahora decir , soy hombre políticamente incorrecto , pero correcto.
Era el momento de encender mi pipa. Soplaba un fresquito poniente y estaba en la gloria acompañado por mi mujer. A unos veinte metros , distancia suficiente para que no nos molestásemos , una señorita tumbada en la arena se levanta y cambia de lugar mirándome de forma displicente. No se me va por alto el movimiento brusco con el que coge su ligero equipaje y lo traslada a unos diez metros a nuestra derecha. Capto que le habría llegado algo del humo de mi pipa y se habría sentido molesta. No se atrevió a recriminarme . Le hubiese dicho , en caso de hacerlo , que fumaba en pipa porque el tabaco de pipa , al no ser cigarrillo con filtro , no degrada ni ensucia la playa , lugar al aire libre en el que aún no nos ha prohibido el Estado fumar . ¡ Cómo se preocupa el Estado por nuestra salud y nuestro bolsillo ! . Siempre tengo en cuenta a los no fumadores pero aquella señorita no tuvo en cuenta , por sus exagerados e injustificados gestos , que los fumadores tenemos nuestro corazoncito . Ah , y jamás echo el humo en la cara de nadie . Extraños escorzos hago para evitarles humos a todos. Para humos los que algunos tienen sin tener chimeneas , no los de mis educadas pipas.
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