No todos los curas lo son , pero éste , mi amigo , sí lo es. Bueno y ejemplar como todos los curas y los que no lo somos debiéramos ser. Buenos de verdad por sentimientos , pensamientos , acciones y sentido de la justicia universal ; no de justicias parciales que tanto confunden al más pintado.Por el sentido de la responsabilidad.que su ordenación apareja
Es Domitilo , pues así le pusieron sus padres cuando lo bautizaron en un pueblito español cuyo nombre silencio al igual que el apellido de Domitilo , hombre , además de bueno , inteligente y , en cuanto tal , conocedor de los intrincados entresijos de hombres y mujeres. Hablo con él , con relativa frecuencia , de todo lo divino y de lo humano , exponiéndonos nuestras visiones del mundo y de la vida . Aprendo de él y él algo aprenderá de mí ; supongo..
Me dice que a veces lo tienta el diablo en forma de mundo y de carne y lo comprendo tal como él me comprende a mí. Ni uno ni otro comulgamos con las ruedas de molino que las auctoritates ( a veces soltamos entre idea e idea algunos laninazgos o latinajos que para nosotros se quedan ) nos intentan hacer tragar sin discreción a la ciudadanía y campesinado que puebla las distintas naciones y gentes que en la Tierra habitan. Sabedores ambos que el mundo es un gran teatro , actuamos en el escenario con conocimiento de causas sociales , económicas , políticas y , en su caso , religiosas. Aunque cura que se mantiene dentro de la organización diocesana a la que pertenece porque afirma que ella le facilita mayor divulgación del auténtico modo de ver la vida del verdadero cristianismo , critica a la iglesia de Roma cuando hay que hacerlo.
Sus manos limpias y su corazón limpio le permiten hablar con la tranquilidad de ánimo de la que Cicerón hablaba y con la conciencia libre de culpas propia de los hombres buenos . En cierta ocasión , como hablamos de todo , me refirió un viejo pecadillo de juventud, por enamoramiento de linda mujer , a manera de confesión , que no supone , en mi opinión , mácula alguna en sus procederes ejemplares. Digo en mi opinión , no en la de la estrecha opinión de otros que mucho más gordos los habrán cometido a lo largo de sus vidas y se consideran salvos por designio propio y divino.
Hace poco , charlando con Domitilo a la luz de las velas de un chiringuito de playa , estando la mar en calma y la Luna crecida tal canta el romance de Abenámar el moro de la morería , abordamos el escabroso tema de la crisisCosa de la que afirman los ministros españoles del señor Rajoy y el mismo señor Rajoy que está tocando fondo y que poco tiempo de vigor destructor le queda . Muy pero que muy destructor que ha sido , es y temo seguirá siendo , comentó Domitilo al hilo de mis palabras. Perder , poco a poco para que la sangre no llegue al río y lo tiña de rojo como si el mar de dicho color fuese , lo logrado mediante la llamada sociedad del bienestar , tiene castaña , dijo el santo cura Domitilo , mi amigo , antes de apostillar yo : castaña pilonga y que se dejen las llamadas auctoritates de milongas.
Domitilo cree , como le está mandado, en Dios y quiere creer en Dios , por propia fe , y en la solución que llegará. Yo quiero creer en sus creencias , pero el camino de la razón me las ponen en duda. Sobretodo me hacen dudar de que la cosaCrisis en las que nos han metido a base de engaños más que de robos , tenga corta duración . No sea periodo de larga duración en término del maestro historiador Fernand Braudel. Ni el capitalismo salvaje como el que señorea en occidente ni el marxismo salvaje que se impuso en algunas zonas durante cierto tiempo solucionan la vidas de los hombres. El ejemplo vital que mi amigo Domiciano ofrece día tras día y hora tras hora , sí y sin dudarlo . A cada monento se sobrepone y vence los peligros que supone un mundo tan desquiciado y equivocado , un demonio tan peligroso y una carne tan apetitosa. Se sobrepone a ellos gracias a su bondad y a su inteligencia , virtudes poco comunes si se dan al mismo tiempo y en la misma persona. Mi amigo el cura Domiciano es un mirlo blanco o , tal me dijo una monja , un don del cielo. La Providencia en casa y en cualquier sitio en el que se esté con él. Me acaba de perdonar , como cura y como buen gramático , mis pecados prosódicos cometidos en este blog. No me ha impuesto penitencia alguna. Lo esperaba .
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