No hace mucho , una semana corta , tuvimos una avería en EL RECLAMO DEL GOURMET. Una avería en las tuberías que abastecen de agua al restaurante y sin cuyo funcionamiento en condiciones no se podría atender a la clientela como nosotros la atendemos. Así que , sobre la marcha , del tirón como mi hijo dice y yo trato de corregirle la expresión con humor y cariño , cogí las páginas amarillas y leí : FONTANERÍA LA VELOZ . Llámenos y si en cinco minutos no hemos acudido a su urgencia , póngase en contacto con otros artistas de nuestro gremio para solucionar su problema. Llamé a LA VELOZ y , a los cuatro minutos , apareció un hombre de mediana estatura y edad , peso medio y pelo canoso que dijo llamarse Eugenio. Diez minutos , llegó a la doce menos diez y a las doce en punto salia de la cocina acompañado por Godofrito Malagamba , tardó en solucionar lo que , a primera vista , parecía tener tarda y lenta solución. El escollo se había superado gracias a Eugenio , el de la FONTANERÍA LA VELOZ , y a su habilidad y buen hacer
Agradecido , lo invité a una cerveza en la barra del restaurante y , acodados en ella , sin sentarnos en los taburetes que hay ex profeso , charlamos sobre el precio de la factura y otros temas prosaícos hasta que Eugenio me habló de su curriculum profesional como fontanero de la VELOZ y de su anterior ocupación : DESMONTADOR DE FALACIAS Y DE FALACES.
Curiosa profesión , le comenté con espontaneidad , al tiempo que le pregunté que cómo le había ido en ella habiendo tantas personas falaces que cometen continuas falacias en este mundo de ... Omití el adjetivo pero , como a buen entendedor pocas palabras bastan , Eugenio supo què quería decir.
¿ Y porqué , Eugenio , dejó profesión tan atractiva y cualificada ? .
Le cuento , don Wilhelmus , respondióme Eugenio de forma respetuosa , el porqué de mi cese en el ejercicio de mi antigua profesión en la que no dábamos abasto para atender a la numerosísima clientela.
Mis éxitos como descubridor de engaños y de personas falsas me llevaron a las puertas de casas , casonas y caserones a las que mi anterior empresa , como asalariado que de ella era , me enviaba. Con solo abrirme las puertas el servicio o los señores para facilitar mi inspección ocular , ya sabía cómo eran los dueños de las casas que visitaba y cuáles , probablemente , eran sus ocupaciones y sus devociones La última fue la de un hombre , de señor en aquel caso nada había , cuya ostentación en todo : talante , voz , dichos , forma de vestir y de moverse , mobiliario , mujer al parecer legítima , perros y gatos que ladraban y deambulaban por entre alfombras y macetones , todo lo decía . Un hombre con muchísimo dinero de obscura procedencia como él mismo. Pronto intuí que allí , además de gatos sin esconder , había algunos escondidos. Y el hombre , a la vista de que yo nada escondía sino que desmontaba una por una las falacias de las que me hablaba de forma tan ostentosa como carente de la mínima clase , presentó sus quejas a la empresa argumentando que yo había dudado de su honestidad y honorabilidad sin motivo alguno.
La empresa , DESMONTAJES GENERALES , no dudó en tomar como ciertas las palabras que les dijo el falaz y a mí , sin darme un euro de los que me debía , me puso de patitas en la calle sin más y sin menos . Sin nada. Son las cosas que tiene este sistema en el que vivimos y estos seres sin clase y sin vergüenza que tanto abundan y tanto triunfan en apariencia. Los nuevos ricos intratables que no quieren que conozcamos el origen de su riqueza ni desmontemos sus tinglados porque una y otros , riqueza y tinglados , tienen bases muy sucias . Una vez que DESMONTAJES GENERALES me despidió fui contratado , excepción que confirma la regla del paro generalizado que se padece en España aunque algunos tengan la osadía de decir que la situación mejora , por LA FONTANERÍA LA VELOZ en la que , también exepcionalmente , recibo buen trato y , al recibirlo , rindo laboralmente como usted , don Wilhelmus , ha podido ver con sus propios ojos al igual que el señor que estaba en la cocina : don Godofrito Malagamba creo que oí cuando me lo presentó.
Tras constatar la buena clase de Eugenio , firmé un contrato de matenimiento con LA VELOZ. Se lo merecían empresa y asalariado . Ojalá todas las empresas y todos los empleados de ellas fuesen así. Por mejores caminos haríamos el viaje andando entre gente eficiente , honrada y buena . El saber estar y actuar , si se dan las tres condiciones anteriores , se da por supuesto y se dará por añadidura natural . Caerá por su propio peso como debieran caer los falaces si la sociedad en la que vivimos valorase otras cosas que no fueran las exclusivamente materiales como el éxito económico como sea y caiga quien caiga. Pero , por desgracia para la gente en condiciones , es lo que se valora y temo que se seguirá valorando. Qué le vamos a hacer . Así es si así os parece y les parece. LA FONTANERÍA LA VELOZ Y Eugenio el exdesmontador de falacias , dos excepciones . Empresa que no admite reformas laborales a la baja ni somete al trabajador a régimen abusivo alguno respetando la dignidad del asalariado. Tal todas debieran ser si el número de falaces que cometen falacias fuese minoritario y no mayoritario como es.
Aunque dudo editar esta entrada sobre la etiqueta de Relatos y Cuentos , Economía , o Relaciones y Orientaciones Públicas , la duda casi siempre honra , me decido editarla sobre la tercera.
Ah : Eugenio llevó un precio muy justo por el arreglo rápido de la avería. No incluyó plus alguno por nada y me agredeció la cerveza y buena tapa que saboreó en la barra. Redondeé los veintiseis euros de la cuenta dándole treinta y diciéndole que estábamos en paz. Como siempre debiéramos estar si no hubiese tanto falaz y tanto estúpido suelto por las calles y plazas de España. En el campo pienso y creo que hay menos.
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