Manolo es de Coria del Río , en cuya orilla derecha tenía una finca , heredada de su madre que murió siendo él muy joven . Se llamaba : HUERTA EL CANGILÓN y poseía un caserío pequeño y coquetuelo que era el centro del naranjal . A ella , en nuestros años de estudiantes de letras en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla íbamos con frecuencia sus amigos y amigas de la facultad. En las fiestas camperas que Manolo organizaba en su huerta más de una vez me acerqué a la orilla de El Guadalquivir y vi grandes barcos navegándolo , bien rumbo al cercano puerto de Sevilla , bien rumbo a la desembocadura del río Betis . Bajasen hacia Sanlúcar de Barrameda o subiesen hacia Sevilla , los barcos , al surcar las aguas del gran río, provocaban discretos olajes que sobrepasaban las orillas y anegaban las tierras cultivadas a manera de riegos inesperados.
Conoci a Manolo , moreno de piel y Moreno de primer apellido , de ascendencia napolitana por su madre ya que su segundo apellido es Puppo , cuando la profesora de química de mi colegio ( Escuela Francesa de Sevilla ) , la señorita Lama , invitó a algunos alumnos a su boda con un tío de Manolo que era médico en Tarifa. Desde aquél lejano día , hace medio siglo año arriba o año abajo , la amistad surgida se vio propiciada por pasos semejantes en el camino de la vida que hicimos al andar , por su elevada categoría humana y por coincidencias en buen número de planteamientos y visiones del mundo. Cuando en estos no había coincidencias , surgia el respeto mútuo y la amistad continuaba.
Recuerdo a Manolo cantando y bailando sevillanas con las niñas del curso o de su pueblo con la alegría propia de los pocos años.
Terminamos nuestras carreras casi al mismo tiempo , él unos meses antes que yo , licenciándose él en Historia del Arte y yo en Historia General ( cinco años cada una por aquellas fechas ) . Tanto durante los cursos comunes como durante los de las especialidades , la amistad fue fortaleciéndose.
Al poco tiempo de venirse Manolo al Colegio universitario de Cádiz como profesor contratado (p.n.n.) , lo hice yo a la Escuela Normal Josefina Pascual que dirigían , al unísono , Alicia Plaza y Marisol Pascual . Lo llamé desde Sevilla para que hiciese el favor de buscarme un hotelito de precio acorde con mis primeros sueldos o una pensión próxima a la citada Escuela Normal. Se negó a la búsqueda y me ofreció el piso , en el edificio de las Brisas , que compartía con otra persona de calidad excepcional , profesor de inglés en el Instituto Columela , llamado Apolinar ( Apolo para los amigos ) . Al finalizar el curso acedémico 1975-1976 . al que yo me había incorporado ya comenzado y tras la muerte , en accidente de tránsito , de otro compañero de carrera , Joaquín Arroyo , Manolo se casó con su novia , Yiya , en Sevilla. . Fui , naturalmente , a su boda en la capilla de la Universidad , y a la cena posterior , noche veraniega sevillana , celebrada en un restaurante cercano al Teatro Lope de Vega ..
Con el paso del tiempo , tres hijos nacieron del matrimonio y la niña , Anita , ya lo ha hecho abuelo tras haber sufrido Manolo dos infartos de corazón de los que está recuperado aunque pequeñas huellas le han dejado . He visto crecer a sus hijos , y él a los míos e incluso durante siete u ocho años explicamos nuestras asignaturas en la Facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias de la Educación de Cádiz como miembros del mismo departamento universitario . Especie de vidas paralelas las nuestras , sin Plutarco pero habiéndolas leído , en las que , en lo concerniente a la mía , no padecí infarto alguno pero sí una depresión larga y aguda durante la cual su comportamiento hacia mí fue tan ejemplar como siempre.
Puedo afirmar , sin duda , que Manolo Moreno Puppo es , más que uno de mis mejores amigos , el mejor que he tenido en Cádiz. Se trata de hombre recio , templado , simpático , íntegro , sensato y con elevados sentidos de de la justicia , de la dignidad y de la responsabilidad ; a más de gran capacidad para hacer frente a las adversidades de la vida : Cualidades poco comunes de las que puedo dar fe y que con poca frecuencia confluyen en una misma persona.
Si él emprendiese el último viaje antes que yo , lo sentiría en lo más profundo de mi corazón . En caso contrario , sé que su sentimiento por mí ida sería el mismo.
Siempre digo que Manolo es un clásico Senador romano de la época republicana , cuando dicen que los senadores eran ejemplares y admirados por el pueblo de la ciudad eterna y tierras ya por entonces conquistadas. Merecedor de admiración es.
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