Recibo correo electrónico del señor Munch , el director de EL GRITO , diciéndome que no vaya , él , a verse oligado a poner el grito en el cielo ante las probables cosas que pienso exponer en la plaza de El Obradoiro ante el numeroso público que se espera que asista a la charla coloquio. Que no está el horno para bollos y que los gallegos defienden lo suyo a capa y espada como cada quisque defiende lo propio.
Le respondo que ni para bollos ni para rollos. Que ya está bien la cosa , pero que estará , todo lo que afirme, presidido por el respeto a las tradiciones españolas y a la verdad histórica. Que lo último es descorazonar a la gente por muy evidentes que sean los hechos para los que los quieran ver y comprender. No obstante , quienquiera permanecer encastillado y tras la almenas medievales , que permanezca. No hay más sordo ni ciego que quien se lo hace y a muchos les convendrá hacérselo, pués el negocio fue y será el negocio y que Dios , el GRAN HACEDOR , nos coja confesados.
No muy satisfecho con mi respuesta internáutica , en buena parte consecuencia de mi aventura aeronáutica y de mi pensamiento libre y crítico pero de gran amor a España y a sus leyendas y tradiciones , me obliga , el señor Munch el de EL GRITO , a comunicarle al auditorio que mis palabras no serán dichas ex cátedra , en cuanto que nunca accedí a a ella a causa de mis limitaciones que bien conozco, ni en nombre del periódico que el dirige y en el que yo colaboro con la inestimable ayuda de Arturo y José Joaquín , mi primo , cada uno en sus especialidades. Las finanzas de Pineda y los vuelos de Pérez.
Recojo velas y les comunico a ambos lo advertido por Munch. Me sugieren que mida las palabras que diré y me recuerdan la frase sabia de don Alonso Quijano a su escudero : SANCHO , CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO. Con una iglesia que no pasa por sus mejores tiempos pero que sigue teniendo defensores de su doctrina por muy anacrónica y alejada del espíritu evangélico que predicó Jesús haya estado y esté.Ya hablaron Hegel y Nietzsche de la muerte de Dios sin pronunciarse sobre el hallazgo , en Galicia, del sepulcro de Santiago.Los filósofos alemanes , como los teólogos alemanes o de cualquier lugar pueden equivocarse. Como todo bicho viviente en el planeta Tierra. Los del planeta Marte, yerran bastante menos. Por algo creen todos en el GRAN HACEDOR.
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