Llegaron en el mismo vehículo ineterespacial en el que Rosita Rojo tiene por costumbre venir , tras alquiler correspondiente y pago subsiguiente , al planeta azul. Yo , Wilhelmus , el escribidor y relaciones y orientaciones públicas del restaurante propiedad de don Justo de la Justicia Grande , los esperaba porque así me lo habián adelantado a través del correo interestelar del que hago uso para mandar mis crónicas a A:B:C: INTERESTELAR. Sabía que los primos hermanos Martini , uno Martel y el otro Rosso y los dos Martín de nombre de pila por lo que se ve familiar , viajaban a tiro hecho : para almorzar conmigo y apalabrar una probable ida a Sevilla el día en el que el trovador Wilhelmus Albanus actuase en hotel consabido cuyo nombre no debo dar para no adelantar acontecimientos ni meter la pata . De aquí que Arturo Pérez , quien sigue felicísimo y amando a Ninette Nantes , la francesa que vino como consorte de su marido en la comisión francesa que nos visitó no hace tanto y con suerte abandonó a su consorte por Arturo el maitre ( con acento circunflejo sobre la i ) , nos hubiese reservado una mesa , la situada en el más discreto lugar del salón rojo.
Los Martini , a quienes les gustan los Matinis rojos y blancos haciendo honor a su apellido , la manzanilla sanluqueña , los buenos tintos de la Rioja y de la Ribera de El Duero , pues de tontos no tienen ni un pelo sino todo lo contraio , me dijeron , a más de demostrarme el mismo interés por Wilhelmus Albanus que demuestra Rosita Rojo y cualquier persona que medio entienda de música y de poesía , que les preocupaba , y mucho , la situación que atraviesa España. Que no le arrendaban las ganancias , aunque las haya , al señor Rajoy y menos ahora con el chino exbigotudo que se le ha metido en el zapato y que , con elegancia , ha sabido sacárselo por el momento. Desean y esperan que no se le vaya a meter otro porque muy incómodos son estos chinos que abren y abren una tienda tras otra y no se cansan de abrirlas. Incómodos e incansables en el esfuerzo y no como dicen los alemanes que somos los españoles pero que a nosotros recurren para solventar su economía dejándonos maltrechos.El peligro chino de toda la vida , apostilló Martín Martini Martel mientras empinaba el codo , tras los buenos postres y satisfecho de lo tomado durante el almuerzo , con una copa de un martini rojo como el color de su planeta de origen y como el segundo apellido de su primo hermano.
A pesar de los pesares , les comenté que , en lo que a mí atañe , no me podía quejar de los males económicos y políticos que aquejan a los españoles porque además de seguir recibiendo , por el momento , mi pensión de jubilado regularmente , con mis trabajos en EL RECLAMO DEL GOURMET y con mis colaboraciones en A:B:C. INTERESTELAR , iba tirando con el desahogo al que acostombrado estoy. Sin lujos , ni falta que hacen , pero con dignidad. Tres entradas mensulaes , que son cuatro porque Carmen-carminis filia trabaja , para una sola persona y una sola familia es hoy por hoy y en la España de hoy algo poco común. No obstante el dinero negro que recibo lo vuelvo blanco en cuanto que hago constar mis ingresos extras en mis declaraciones de la renta y no como otros cuyos nombres por discreción y buen corazón no quiero citar.
Contentísimos del buen rato pasado en el planeta azul , junto a las arenas de la playa de la Victoria de Cádiz, en el afamado , interestelarmente , RECLAMO DEL GOURMET , emprendieron viaje de regreso a su planeta rojo que tres hora duraría si todo transcurría con normalidad. Con tanta normalidad , naturalidad y afecto con las que nos dimos las manos y nos abrazamos al despedirnos hasta que nos viésemos en Sevilla , junto a Rosita Rojo , que na faltará a la cita , cuando Wilhelmus Albanus actúe en la terraza del hotel hablado confidencialmente y en fecha también hablada con confidencialidad. Un rato agradabilísimo.
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