La normalidad ha vuelto pronto , una vez efectuadas las declaraciones pertinentes , a EL RECLAMO . La policia , tras acordonar la terraza y coordinar lo que coordinar tenía con el talante que la caracteriza ; es decir , malo porque están mal pagados , impreparados y malhumorados con la situación de su cuerpo dentro del cuerpo social de nuestra España , se retiró a sus cuarteles de la comisaría diciendo la manoseada frase de : ea. Aquí paz y después gloria. Fueron tres los números que enviaron para aclarar el número montado por el agresor.
En mi declaración , tuve que soportar la falta de educación del miembro del cuerpo al que daba mi versión de los hechos. Sin ofrecerme asiento , de pie , la expuse al malencarado funcionario policial que más parecía delincuente que perseguidor de estos. Sin mirarme , tomaba nota de mis palabras con un talante tan displicente que ganas me dieron de decirle algo sobre su falta de cacúmen y de tacto. Tal era la displicencia que llegué a pensar si sería familiar o amigo del energúmeno que había arremetido contra John Tames. No expresé mi pensamiento al respecto y , una vez finalizada mi declaración , me reincorporé a mis obligaciones en el restaurante como relaciones públicas del mismo. O sea , que fuíme y no hubo nada más de particular.
Encontré EL RECLAMO DEL GOURMET abarrotado y , sin pensarlo dos veces , me puse manos a la obra , opus quotidianus dei et hominis , recordando aquellos lejanos años de preu en los que traducía la virgiliana Eneida. Tempus fugit , comenté por lo bajinis , recibiendo a unos morancos que más que de Triana parecían paisanos de John Tames , aunque de Triana eran. Era la primera vez que los hermanos Cadaval pisaban la solería de EL RECLAMO , solos o acompañados como en aquel momento. Acompañados por su hermana Charini que era la única que , en efecto , parecía moranca rubia trianera. Yo los conocía pero ellos a mí , en persona , no. Unos y otros nos conocíamos a través de los medios de comunicación escritos y radiotelevisivos. Aunque estaban al tanto de mis hazañas periodísticas e interplanetarias , los clientes eran ellos y a ellos había que hacerles los honores . Gente simpática y con gracia estos morancos que no parecen de Triana si no abren la boca. Sin embargo , como a un restaurante iban , las abrieron para bien comer y bien hablar con el gracejo sevillano-gaditano con el que hablan y dicen cosas oídas y recogidas en las calles , plazas y casas de Sevilla y de Cádiz o de Cádiz y de Sevilla , no vayamos a crear un cisma en el blog así titulado ni en Andalucía occidental de la que Huelva forma parte importante . La más occidental del hipotético cisma que no voy a permitir bajo forma alguna que surja porque para divisiones y discordias está LA COSA , que arde , y peor que se puede poner de seguir las medidas que se siguen adoptando un día sí y otro también..
Me da cierto pudor decir que los morancos , cuya conversación fue amenísima y extendida al resto de los comensales que había en el salón principal de EL RECLAMO DEL GOURMET , llegándolo a convertir en una especie de escenario teatral cerca del mar como el gaditano teatro José María Pemán del Parque Genovés , se fueron encantados de lo comido tan bien servido por las camareras que , según ellos , les recordaron a las damas que sirvieron a don Quijote , de manera admirable , cuando de su aldea vino. De lujo , vamos , dijo César más rubicundo que nunca.
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