Las invaden y las hacen peligrosas , por sus temibles descargas de substancias nocivas , si pican o incluso si se las toca aunque estén muertas. Lo que hacía falta a los gaditanos es que les prohibieran bañarse en sus aguas. Por si poco se tuviese con la crisis-COSA ahora vienen las carabelas portuguesas , oí decir a un cliente del RECLAMO DEL GOURMET, a hacernos aún más la puñeta. No obstante seguí escuchando lo que decía el cliente que lucía una corbata de lana inglesa como las que usa Arturo Pérez-Reverte , Arturo Pérez y Pérez el expiloto y maitre actual del restaurante , pareja de hecho de mademoiselle Ninette ( maitre con acento circunflejo sobre la i ) y yo mismo porque mi mujer me las hace . Hay cosas peores , me permití comentarle al encorbatado y bien vestido cliente que tenía buena pinta sin que nadie me hubiese dado entrada en la conversación o , como de forma vulgarota se dice : vela en aquel entierro. En el de las carabelas muertas que iban retirando de las arenas playeras en unos remolques enviados con tal finalidad.
Un maremoto por ejemplo , comenté sin estrujarme mucho la sesera.
Buena cosa la de la invasión de las playas de Cádiz por carabelas portuguesas como si estuviésemos en antigua guerra con la vecina y querida Portugal , madre patria o patria madre del entrenador Mourinho y del futbolista Cristiano Ronaldo a más de otras personas verdaderamente importantes lo que ellos , por muy importantes que se crean , no son aunque el propio Mourinho diga y haga cosas que escuecen dentro del mundillo del fútbol ; el único que para ellos existe. Si serán cortos de mente.
Tan cortos como largos son los efectos de las substancias tóxicas que expulsan las carabelas portuguesas si se las toca o roza. Carabelas portuguesas que no son aguas malas, sino malísimas y feísimas. No como las diseñadas e ideadas en la Escuela de Navegación de Sagres , tan hermosas para aquellos lejanos tiempos , dirigida por el príncipe don Enrique el navegante que nunca navegó. Paradojas de la vida que tantas tiene
Pues bien , a pesar de la invasión de hidrozoos semejantes , las arenas gaditanas han sido visitadas por los buscadores de no sé qué tesoros que , con aparatitos en mano , rebuscan y escarban como si fuesen a encontrar los duros antiguos tan célebres. Misterio que el distinguido y encorbatado cliente del RECLAMO me desveló cuando me dijo , quitándole importancia a mi intromisión en la conversación que mantenía con la bella morena de ojos verdes que lo acompañaba y presentándonos como los cánones de la buena educación mandan ( es decir , dando mi nombre y apellidos que conocía de sobra por mis hazañas dentro del mundo periodístico ) , ella se llamaba Marisa De la Sonrisa ,. que doña Teófila , la alcaldesa , había ofrecido un premio en metálico al particular que más aguas malas recogiera en su cubo correspondiente. Entonces comprendí la causa de la invasión de cazadores-buscadores de carabelas portuguesas y el porqué de tantas cosas inauditas que pasan en la ciudad que doña Teófila Martínez rige.
El acompañante de la señorita Marisa De la Sonrisa se llama , seguimos con las presentaciones al constar su nombre como cliente asiduo del restaurante : Amador Fuerte y Pagador. Todo un señor de los que tan poco abundan y que tanto sabía de carabelas portuguesas , aguas malas , botellas azules y de todos los colores y formas. Don Amador , Dor para los amigos entre los que acabo de ingresar , es , según me dijo , ingeniero naval. Así comprendo porqué sabe tanto de las carabelas portuguesas , de las botellas azules y de las botellas de todos los colores excepto de una , doña Ana Botella , de la que me comentó que no sabía nada nuevo ni quererlo pretendía.
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