Ha sido mi primer trabajo en la empresa que dirige y de la que es propietario único , y por tanto solitario y en este caso solidario , don José Sánchez y González . Se sabe que , por obligación , debemos separar mediante la copulativa pertinente el primer apellido del segundo sean estos los que sean y tengan o no abolengo reconocido y contrastado. Al fin y al cabo , lo que vale es la persona se llame como se llame si valores tiene y , en el caso de don José Sánchez , así es.
Fui , acompañado por el arquitecto y experto en jardines como André Le Nôtre el jardinero de Versalles , a la finca indicada y , entre él y yo , decidimos sobre lo que se nos pedía asesoramiento.
En efecto , las mesas redondas , opinión en la que coincido con el arquitecto diseñador de jardines , me parecen las más atinadas para los casos en los que que no se quiera dar la presidencia o la preeminencia a alguno de los sedentes.
Al tratarse de finca rústica y serrana , situada en paraje privilegiado por la naturaleza de la provincia de Cádiz , nos pareció que las mesas redondas eran las más adecuadas para ella fuesen sus dueños más o menos oficialistas y más o menos cursis o nuevos ricos que casi lo mismo es.
A estos no los conocimos pero por lo que pudimos deducir era gente que había accedido hace poco tiempo a determinado nivel económico y guardaba , por tanto , una serie de complejos y tonterías de las que con dificultad podrían desprenderse. Gente que no conocía la realidad del mundo en general , solo en particular , y lo mejor que hacerse puede con ella es estar lo más alejado posible porque sus visiones del mundo y sus opiniones están viciadas de origen. Lejos de la realidad del mundo que creen haber conquistado con sus artes mejores o peores.
Nosotros , el arquitecto-jardinero de quien otro día hablaré más , y yo decidimos sembrar la finca de mesas redondas y de claveles reventones que tanto gustan a casi todo el mundo porque su toque erótico tienen . Para empezar no ha sido mal trabajo . Esperamos que a los propietarios de la finca y a don José les guste nuestra sugerente idea y más de un noviazgo nazca entre claveles reventones y mesas redondas en las que , sin manteles ni cubiertos , se podrá hacer el amor a la luz de la Luna o del Sol. Después , Dios dirá si el amor era verdadero o simple atracción momentánea de un día estival , otoñal, primaveral o invernal.
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