Rafael y yo , con cinco mesas redondas de madera de teca y seis sillas a juego cada una de las cinco mesas . Serán mesas en las que , con preferencia , los invitados por los dueños podrán tapear , cenar o , simplemente , beber unas copas las noches de cielos limpios y estrellados de verano e incluso en los buenos días de primavera o de las otras estaciones del año en los que el calor no apriete. No tendrán sombrillas en el centro pero sí en el jardín al que pudieran tener acceso alguna que otra vez don Perlimplín y Belisa pero no don Federico , ni vivo ni muerto , ya que sus restos se resisten a ser encontrados y sería asunto de mal gusto alguna que otra aparición a destiempo por muy inmortal y buen poeta que en Nueva York o en cualquier otra ciudad o campo hubiese sido don Federico en vida. En el jardín , aparte de la piscina correspondiente , que está por diseñar , y el césped siempre libre de polvo y paja colocaremos una decena , no docena , de sombrajos en los que los pajarillos podrán anidar y cantar sus trinos al amanecer , anochecer o cuando les de la gana. En los sombrajos o en los árboles que pensamos plantar en él y que ofrecerán amplias y refrescantes sombras gracias a lo tupido de sus copas y ramas . Entre ellos no faltará algún que otro sauce llorón ni representante de la vegetación autóctona del lugar que algo escarpado es , lo que le da prestancia y categoría de terreno a pie de sierra que es el lugar en el que se realizará el citado jardín que , aunque no es de don Perlimplín ni de Belisa , es de un señor llamado Joaquín y una señora , o así creen ser ellos sin serlo a juzgar por las conversaciones que hemos mantenido , llamada Elisa .
Aprovechando las aguas de un manantial cercano , hemos pensado Rafael y yo , construir fuentes que refrescarán el ambiente y en las que los futuros invitados podrán introducir sus cabezas para despejarse en caso de que se hayan pasado en el beber , o sus pies si lo necesitasen .
El diseño contempla , faltaba más , dos baños completos y a la última en cuanto a materiales , para las necesidades propias de cualquier momento y un extenso apartado tras un seto para las efusividades amorosas de los asistentes a las fiestas que organicen los señores. En este sentido , las mesas redondas , una vez libres por el servicio , de manteles , vajillas utilizadas y útiles para su buen uso , también ofrecerían óptimos lugares para solazarse a la luz de la Luna , si la hubiese ; de las estrellas, si no la hubiese, o de ambas si fuese noche de Luna lunera cascabelera y estrellas tintineantes en el Firmamento . Estamos trabajando en el diseño , es evidente , de un jardín monísimo y liberal tal los dueños , Joaquín y Elisa , nos han pedido y pagado por adelantado . Cosa cada día más extraña por no ser corriente como las aguas que salen con fuerza y vigor del manantial que cruza y riega los dos mil metros cuadrados del jardín.
En otra ocasión escribiré en torno a las características humanas y sobre el buen gusto y la buena preparación del arquitecto Rafael. Sobre las características de los nuevos ricos dueños de la finca y del jardín ya he adelantado algo . No sé hasta dónde puede llegar su falta de cualidades aunque ellos se crean muy poseedores de ellas. Tanto como de su chalet de sierra . Tienen un niño , mimado , mal criado , y peor educado que acaba de cumplir doce añitos. Más terrible y temible que el niño protagonista de la entretenida novela de Joan Butler : DONDE MENOS SE PIENSA SALTA UN HEREDERO y de cuyo nombre mejor es no acordarse. Al menos , los padres son buenos pagadores. Algo que no es corriente en nuestra España
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