FANTASMAS Y FANTASMONES

Fantasmas vestidos con sábanas blancas no he visto todavía aunque mientras haya vida hay esperanza y hasta el rabo todo es toro.  No los he visto , o no he tenido la suerte buena o mala de verlos , en ninguna ciudad , pueblo o campo  de los que conozco aunque en todas ellas y ellos dicen que los hay y se aparecen a quienes no lo somos. Sí he visto fantasmadas , que cosas muy distintas son para mí  , con  excesiva abundancia. Pero , olvidándome de éstas ,  sí puedo decir con plenitud de conocimiento que en todas las regiones que he visitado o he vivido vi  , e incluso tuve  trato y conversación , con un considerable número de fantasmones , quienes a pesar de sus vanas  presunciones no me han asustado por muchas palabras banales   y mentiras que haya tenido que soportarles. Los hay en todos los medios sociales y geográficos pero los últimos fantasmones con los que he tenido trato y conversación aguantándolos  con clásico estoicismo ha sido  en Cádiz , ciudad en la que mi piel y mi espíritu habitan. Hace unos días , paseando por el centro de la ciudad vi a uno de ellos con un abrigo que se despegaba por el calor que hacía y cubierto con un sombrerito que no pude ver si era tirolés o no porque mi vista ya no es de lince e ir , el abrigado con Loden , de espaldas , ufano , contoneándose y como diciendo , o al menos pensando : aquí voy yo tan guapo y elegante. Se trata de fantasmón conocido mío y en la ciudad del que  puedo asegurar que lo es al completo ; es decir un tonto más o menos pelado de los que  abundan en todas partes  pero que yo , al vivir en Cádiz , en la más antigua ciudad de occidente como se suele decir , por sus calles y plazas me lo encuentro viéndome obligado , por educación del escribidor , a aguantar un rato su voz engolada y artificial con la que sus cosas , que no me interesan ,  me cuenta poniendo a prueba mi paciencia . Hasta ahora he superado la prueba con notable alto pero debo decir , en honor a la más pura verdad , que prefiero mantener contactos con fantasmas que con fantasmones. Estoy seguro de que las conversaciones con aquellos me resultarían bastante más interesantes que las ofrecidas por estos fantasmones de tres al cuarto que poco o nada de mediano interés y con cabeza dicen. Solo hablan de tonterías reflejando sus más que criticables formas de ser , de pensar , de actuar y de sentir. Reflejando sus absurdas maneras de entender el mundo y la vida  que para ellos  consiste , simplemente , en presumir de todo. Hay que tener sentido del humor para poderlos aguantar y para todo por muy desagradables que sean.