Me hace la proposición a título personal y sin preguntar al consejo de dirección ni a su hermano Dídimo , la potencia capitalista del diario , que tanta inquina me tiene por las cosas que digo y escribo. Como el escribidor se conoce , piensa que los buenos deseos de don Veriniano se deben , más que a otra cosa , a simpatía personal . No obstante ya le he hecho saber mi agradecimiento más sincero al tiempo que le he dicho que nunca ha estado dentro de mis miras y aspiraciones personales llegar a ser codirector o vicedirector de nada por motivos que pienso son fáciles de comprender. Además , le he comunicado que mi hipotética vicedirección comportaría un mayor contacto con su hermano Dídimo , lo cual no sería muy grato ni para él ni para mí dadas nuestras distintas posiciones ideológicas sobre gran parte de las cosas que pasan o que pasaron .
Antes se estilaba decir en torno a las personas que no tenían aspiraciones de figurar , que eran unos mediocres . Así me habrán considerado algunos que confunden la mediocridad con la integridad y el conocerse a sí mismo ; caracteres desconocidos por los mediocres que tanto abundan y tanto les gusta el figureo en la escala que sea. Cada uno tiene sus dotes y las de profesor vocacional y escribidor por afición son las mías ; sin más aspiraciones ni deseos de salir en muchas fotos porque poco fotogénico soy y menos interés tengo en ser reconocido de manera oficial por un mundo que es como es. Tal vez si fuese y hubiese sido de otra forma nuestro mundo , me hubiese atraído algo más que mis hipotéticos méritos profesionales , en caso de haberlos , tuvieran aceptación oficial . Pero como los males de la humanidad no tienen remedio , he sido feliz , dentro de lo que cabe , como he sido y soy : casi un desconocido para la mayoría de los habitantes que pueblan , y de qué forma , el ancho y casi redondo mundo . Está de más decirle a mis lectores que he llamado por teléfono fijo a don Veriniano para agradecerle de todo corazón el gesto propuesto y darle las explicaciones pertinentes. Don Dídimo habrá respirado, ileso o por sus heridas , con mi coherente decisión. ¡ Qué hermanos más distintos en todo !. Solo los une su afición desmedida a la Semana Santa de Sevilla ; asunto que es de lo más respetable y de lo más sevillano. Pero que conste que aunque don Dídimo , potencia capitalista del periódico todavía publicado con el sonoro nombre de LA VERDAD POR BANDERA , hubiese sido un don nadie en la redacción , tampoco hubiese aceptado la propuesta de don Veriniano por ir contra mis más profundos principios. No es la primera vez , ni será la última , que tengo que negarme a asuntos de semejante estilo . Muy contento y satisfecho seguiré , con el permiso de don Veriniano , mandando mis escritos a la sección : MINISTRO CON CARTERA Y CON DINERO y sabiendo que mi amigo John Tames es el corrector del diario.
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