No sé porqué aunque pienso que pudiera tratarse de la expresión de mi cara cuando entré en el local con él . Lo ha rebajado a 600.000 euros de vellón que son 600.000 euros de los nuestros. Lo de vellón es simplemente un decir . No lo podía creer cuando oí su desagradable voz a través del teléfono inalámbrico mientras buscaba algo en google relativo a la última hora sobre Corea del Norte , asunto que no sé si considerar en serio o , simplemente , broma de muy mal gusto. Del mismo gusto que muestra Kim Jong Un en su forma de cara , lo cual es genético , y en sus formas de vestir , lo cual de genético nada tienen
Dejé de buscar sobre la última hora de Corea del Norte y atendí a Escocés , quien me dijo , de sopetón , que rebajaba en 100. 000 euros la venta consabida. Rebaja cuantiosa y de la cual me alegré , sobre todo por Tania y por Gualterio , quienes me los iban a prestar a fondo perdido. Incluso el timbre de voz de Escocés me pareció menos escocido . Albergo , en lo más íntimo de mí , que la rebaja se producía debida a lo que acabo de escribir : a la expresión sorprendida y sorprendente de mi cara cuando vi las condiciones en las que el local se hallaba con el cartel de Emilio el Moro y su guitarra colgado de aquella pared en la que la humedad rezumaba , se palpaba y se olía.
La cuestión es que la rebaja se produjo alcanzando un precio más justo que el anterior y que la voz de Emilio Escocés me resultó menos desagradable , tal vez por lo mismo , que con anterioridad a lo que me comunicaba.
He llegado a pensar en algún conocimiento común que haya influido en la disminución de lo que pedía o en que a Escocés le sobra el dinero y por eso iba siempre tan bien vestido y tan entonado . Aparte de comunicarme tan buena noticia , me habló de su vida personal diciéndome que estaba casado y separado . Que tenía cuatro hijos a cual más vago con sus correspondientes novias tan vagas como ellos ; lo cual , como es constatable con facilidad , nada tenía que ver con el asunto de la rebaja.
Lo que sí tenía que ver con el citado asunto es que el edificio necesitaba una mano de pintura , al estar muy cercano al mar , que yo habría de pagar si , como todo era de prever , accedía a la compra del local con el dinero prestado a fondo perdido por Gualterio y Tania . A ella debía el escribidor citar antes que a él , pero como siempre cito a Tania antes que a Gualterio , como mandan los cánones, lo hago ahora al revés . Tania , no recuerdo haberlo dicho , era mujer de bandera de la que Gualterio se enamoró perdidamente llegando a conquistarla y a casarse con ella como cualquier lector de mis escritos sabe . Tendría unos cuarenta y tantos años , más bien largos , y Gualterio cincuenta. La edad de Tania nunca se la pregunté ( no se debe hacer jamás ) porque la mayoría de las mujeres , tras haber cumplido los cuarenta , ya no cumplen más y se plantan en ellos aunque aparenten muchos más y se les vea el plumero a las primeras de cambio. . Pero voy al asunto de la rebaja y a los motivos que Emilio Escocés me dio . Fueron estos que , como estábamos en mes de rebajas en grandes almacenes y tiendas , él no iba a ser menos ; además me dijo que la hacía porque le daba la gana y no estaba obligado a consultar el asunto con los vagos de sus hijos aunque con ellos tendría algún detalle tras la venta , por su parte , y tras la compra por la mía.
Sin duda Escocés había cambiado de actitud hacia mí . lo que era de agradecer lo mismo que la rebaja , porque los gastos de pintura del edificio que me correspondían no alcanzaban los 100.000 ni se acercaban a ellos. El cambio de actitud del vendedor del local no sé a que se debería , mas se produjo y yo que lo agradecí aunque no fuese el escribidor quien los desembolsaba sino mis protectores y editores .
Tras la buena noticia invité a un café a Escocés y quedamos en vernos en la notaría cuando el notario nos llamase. También irían , desde Sevilla , mis amigos prestamistas quienes eran los que tenían la voz cantante en el asunto al ser los capitalistas del préstamo que ojalá pudiese devolverles con el agradecimiento que el hecho requería . Con un agradecimiento vitalicio y eterno.
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