Aunque tengo prometido no escribir sobre fútbol por lo materializado que está y por ser reflejo de la materialización general que ha llevado a este digno y bonito deporte , al menos para mí , a perder su condición de tal , lo hace hoy el escribidor sobre un asunto bajo mi punto de vista incomprensible . Que Monchi , Ramón Rodríguez Verdejo , sevillista hasta la médula según él , dejara plantado a su equipo de toda la vida habiendo desempeñado su misión como director deportivo de El Sevilla con éxito admirable y , según tengo entendido , ofreciéndosele unas condiciones económicas que igualaban o superaban a las que le ofrecía la Roma , me resulta sorprendente la forma de abandono y huida del hasta entonces , admirado por mí y por buena parte de la afición sevillista , Monchi. Por supuesto que le asiste el derecho de querer cambiar los aires de la liga española por los de la italiana o por los de cualquier otra , más hacerlo mediada la temporada dejando a su equipo tirado y a la buena de Dios me causa asombro hasta el punto de considerar la acción como inaudita.
Solo puedo explicarme la extraña decisión , ya intentada al comienzo de la temporada , por alguna mala relación con alguien que , de una manera u otra , no compartiese sus puntos de vista . El carácter rarísimo de la decisión me hace pensar en cualquier tipo de incompatibilidad con algún miembro del club , incluidos los futbolistas de la plantilla ; dijese Monchi lo que quisiera decir y argumentar lo que considerase oportuno argumentar. Será muy difícil al presidente del equipo y a los que lo rodean y poseen voz y voto en la asamblea , encontrar otra persona que desempeñe su labor como Monchi lo hacía. Con su destreza en los fichajes , con sus buenas relaciones con los jugadores y por los dineritos que dejaba , con las posteriores ventas por revalorización de los futbolistas , en las arcas del club.
Que se hubiese ido a otro club español de campanillas , el Sevilla las tenía , me hubiese resultado más comprensible si sus ganancias económicas fuesen muy superiores a las que le ofrecía el equipo , según él de su corazón y sentimiento. No ha sido así y por ello creo que alguna relación mala habría con alguien. El deseo solo de cambiar de aires e iniciar una nueva etapa en otro club , al menos a mí , no me cuela. Aunque muchos aficionados añorarán su vuelta , el regreso no será bien visto por todos ellos porque como jugarreta se puede llamar la última acción de Monchi. Ignoro si el evidente bajón del equipo pueda deberse a su decisión , al cansancio o a la eliminación injusta de la liga de campeones. Se deba a lo que se deba el equipo comenzó a desinflarse coincidiendo más o menos con su marcha a La Roma. El Sevilla , que se portó muy bien con él incluso conociendo su ida , no merecía que lo dejase tirado mediada la temporada . Por todo lo escrito por Wilhelmus anteriormente , no comprendo el abandono y , sobre todo , la forma en la que Monchi lo llevó a cabo. Otro asunto más que el escribidor no comprende , tal vez por torpeza propia , y por la rareza de lo hecho por Ramón Rodríguez Verdejo que tan injusto como difícil de comprender es a primera y segunda vista. A tercera , que es de la que aquí se habla , resulta más comprensible. Tal vez éste sea el verdadero motivo de su marcha.
Si bien esta entrada puede ser relacionada con el fútbol , trata más de la misteriosa huida de Monchi que propiamente fútbol aunque sobre la etiqueta llamada : TEMAS FUTBOLÍSTICOS , aparezca.
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