Un día después de ir a Erfurt , capital de Turingia en la que Carmen hija ha encargado su traje de novia , callejear por la ciudad y visitar algunos monumentos , fuimos a Eisenach. Aquí , en el museo de Bach , oímos y vimos cómo un joven alemán tocaba instrumentos de música , muy bien conservados y afinados , de los siglos XVII y XVIII . Creo que algunos fueron tocados por el mismo Juan Sebastián Bach. Otros más modernos , no .
Cuando el joven músico alemán finalizó su explicación , se dirigió a nosotros en perfecta lengua española advirtiéndonos que no la dominaba . La hablaba muy bien , sin acento alemán alguno, y nos dijo que había estado en Madrid. Tras confesarnos esto hizo un resumen ,repito que en perfecto castellano , de lo que había explicado con anterioridad a los asistentes en su lengua nativa . Todo un detalle , muy de agradecer , que tuvo con nosotros tres , las dos Carmen y yo , únicos españoles que allí estábamos y lo habíamos oído tocar.
Como de la lengua alemana no sé nada , no le puedo corresponder escribiendo en su lengua. No recuerdo ni el nombre del músico. Lo único que puedo comentar es que me encantó la forma en la que tocaba y sonaron los instrumentos durante media hora aproximadamente. A poco me supo la muestra . No se me puede adjetivar de melómano en cuanto que no lo soy ni de lejos. A pesar de ello , los instrumentos musicales que tocó me dejaron con la miel en los labios. Hubiera permanecido oyéndolos durante más tiempo .
No es mi intención escribir sobre el compositor turingio , uno de los más famosos del barroco , ni sobre su obra . Es solo comentar nuestra ida a Eisenach , ciudad no distante del lugar en el que nuestra hija vive , unos 25 kilómetros , y el bello y admirable bosque de Turingia sobre el que más adelante volveré a teclear.
En la ciudad de Eisenach vimos el ayuntamiento , el mercado , la casa estrecha ... Puedo decir que la ciudad entera es un museo y sus edificios típicos rezuman sabor . Sabor turingio .
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