Un bobby en servicio permanente como el de las funerarias y más callado que un muerto sin estarlo , pues alma tiene .No hace falta hablar para tener alma y si no que se lo digan a los mudos. Se llama John Tames y me llegó un día a la puerta pidiendo asilo no político sino asilo simple. Se lo di y , desde entonces , en casa presta sus servicios en silencio pero prestándolos. Es vigilante silencioso , porque no ha habido forma de convencerlo para que hable castellano. Solo se comunica en su lengua vernácula con mi hija. En castellano no dice ni pío porque , lo sé por mi hija , afirma que , excepto nosotros , no lo trataban bien los españoles cuando desempeñaba su anterior trabajo , como guardia real inglés naturalmente , a las puertas del palacio londinense de Buckingham . Que no cesaban de decirle cosas sin finura intentando romper su compostura Desconocía las causas de su despido y no acertaba a comprenderlas hasta que el otro día , cuando me disponía a teclear ante la pantalla del ordenador tal ahora lo hago , las descubrí al hallármelo en el suelo caído y despatarrado con todo su uniforme oficial impoluto , que estando a nuestro servicio conserva para lustre de la casa y admiración de visitantes amigos y envidia de visitantes menos amigos . Me acerqué a él con la intención de ayudarlo y vi que a su lado , en el suelo , había una botella de whisky (reserva de 25 años de Chivas ) sin una gota dentro. Todas debían estar dentro de su larguirucho cuerpo yacente sin la dignidad que acostumbra poner de manifiesto de forma cotidiana y meridiana
John , John , ¿ qué le ha pasado a usted? , le dije algo sorprendido y temeroso de que su silencio mantenido le hubiese podido jugar una mala pasada. Al ver que no obtenía respuesta a mi pregunta , decidí llamar a mi hija a la que dijo , en inglés como es fácil suponer , que se había bebido media botella de un tirón y había perdido el conocimiento , y por tanto la verticalidad , precipitándose al suelo y dándose un coscorrón en la cabeza que su alto sombrero ocultaba aunque le doliera el porrazo. A pesar del desagradable suceso , lo henos seguido hospedando en casa y a mi lado , a mi izquierda , sigue prestando sus servicios en silencio y con monotonía. No obstante , le he propuesto , aunque tema las consecuencias que la cercanía a Arturito Pérez y Pérez y su excesivo empinar el codo puedan acarrearle , ofrecerle un puesto de trabajo en EL RECLAMO. De momento , a mi izquierda sigue , en silencio, con casaca roja y pantalón negro en cuanto que su uniforme , tras la caída , no se dañó como su cabeza. Me ha prometido , agradeciéndome los detalles que en casa se han tenido hacia él , que no tendría inconveniente en formar parte , como guardián remunerado , de EL RECLAMO DEL GOURMET.Que le agradaría , sobremanera , entablar conocimiento y amistad con Arturo Pérez y Pérez , cuyo dominio profundo de la lengua inglesa le atrae y ,sobre todo como señal de máximo agradecimiento o de agradecimiento máximo , aprender castellano . Aunque en casa perdamos servidor tan exquisito como silencioso , creo que EL RECLAMO DEL GOURMET ganará más puntos de los muchos que día a día gana mediante las buenas cosas que salen de los fogones que dirige Godofrito Malagamba. Seguro estoy que don Justo De la Justicia no pondrá inconveniente en lo concerniente a añadir a John Tames a la nómina de empleados y doña Fátima Báñez, . ministra de empleo, podrá decir que ha visto un brote verde vestido de negro y rojo. Así a la señora ministra ya le podrán sacar menos los colores cuando diga las cosas que dice.
2 comentarios:
Un buen fichaje! Congratulations!!
Pero bueno. Gracias.
Publicar un comentario