Fue la que tuvo , allá a finales de la década de los ochenta del pasado siglo XX , mientras yo explicaba un tema sobre la alta edad media española y hablaba de la Bardulia , una alumna , con algunos años más que el resto de sus compañeros de clase, interrumpiendo mis palabras. Al citar yo el término vascuence aludiendo a la lengua del territorio en el que se asentaban los bárdulos , la alumna , que había recibido de mí todas las facilidades para asistir a mis clases cual era mi costumbre, dijo secamente e interrumpiéndome de mala manera : SE DICE EUSKERA.
Dígalo así , señorita , si usted quiere , en su región autonómica vasca , le respondí sin forzar el gesto ni la voz. Yo soy andaluz y castellano-parlante y seguiré diciendo , mientras en territorios castellanos esté, vascuence cuando aluda a la lengua de los vascos. Ignoré su atrevimiento y falta de respeto hacia mí y seguí explicando mi clase y , no es necesario decirlo , pronunciando el témino vascuence cuando necesario fue. Al finalizar la clase , varios alumnos se me acercaron para felicitarme. Eran otros años y debo decir que , durante algún tiempo , tomé mis medidas de precaución. El talante y las formas con las que aquel día la alumna vizcaína , alavesa o guipuzcoana me lo aconsejaron. Sabía y sé que los vascos suelen ser gente noble , pero aquella alumna era , sin duda , una persona radical y sin educación. Tal vez aprendiese algo ... Al menos puedo recordar que no volvió a darme la lata y terminó el curso con normalidad y aprobando a pesar de su osadía. Una cosa nada tiene que ver con la otra , pero hay que saber estar y dónde se está en aquellos años y en estos.
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